miércoles, 10 de enero de 2018

El ejército “expañol” es mío

Zapatero con José Julio Rodríguez, entonces Jefe del Estado Mayor y hoy uno de los mayores podemitas, es decir, comunista-populista radical.  

El gobierno socialista sigue mostrándose torpe, aparatosamente exhibicionista y especialmente sectario en el uso que hace de la tragedia en la que fallecieron 17 militares españoles. Si a eso le añadimos que el grado de patriotismo en el acto de Getafe ha alcanzado la misma sonoridad que el Himno Nacional (de silencio atronador), se habrá completado, de momento, el cuadro de síntomas apáticos que indefectiblemente acompaña a esta gente respecto al sentimiento de orgullo nacional.


No quiere (el socialismo) al Ejército, pero lo hace de su propiedad y deja de invitar al jefe de la Oposición y a su partido (Esperanza Aguirre estuvo allí porque es más lista que el hambre). Algo parecido a cuando regresaron algunas tropas de Iraq y se les recibió en Sevilla con banderas del PSOE. Me pregunto que pensarían los militares en aquella ocasión ante el mar de banderas rojas y partidistas. 

No pretende (el socialismo) cogerse los dedos y dar pie a la crítica a causa de su mala gestión, por eso van diciendo que la tragedia pudo deberse a una serie de causas, desde viento racheado (imposible en un aparato que aguanta con facilidad los 60 nudos), hasta fallo en el tren de aterrizaje (¿en un helicóptero?), pasando por no descartar el ataque enemigo (en este caso la medalla militar concedida a los muertos debería ser con distintivo rojo y no blanco) y cualquier otra circunstancia que pudiera darse. Lo que se desconoce, porque tampoco es que faciliten datos (prefieren imágenes y videoconferencias), es si el aparato iba equipado con un sistema de contramedidas y si la Inteligencia de la OTAN había emitido el informe adecuado para esa zona. 

Sí están queriendo dejar claro (los socialistas) que la identificación que ellos hacen es 100% fetén, no como otros. Eso sí, no detallan que la dispersión de los restos y las condiciones meteorológicas dominantes en las zonas de los accidentes en nada se parecían la una a la otra. En Turquía, terreno montañoso, con niebla y durante la noche. En Afganistán, terreno llano, con cielo limpio y durante el día.

No le gusta (al socialismo) oír el himno de nuestra Patria, y por lo tanto lo omite siempre que puede. Le pareció inapropiado que sonara para despedir a las tropas españoles que salían de Galicia y lo mismo han debido pensar antes y después del responso en la Base militar de Getafe, donde debió sonar acompañando a nuestra enseña. Me pregunto también cuál sería el grado de estupefacción de algunos mandos militares asistentes. Me pregunto si era el momento adecuado para la afrenta y la interrupción de unas ordenanzas más que centenarias. ¿Y el rey, qué debe pensar de todo esto el rey de España?

No le interesa (al socialismo) que ningún partido político le haga sombra en nada relacionado con la propaganda y por eso decide informar a los populares a través de la televisión y mediante un comunicado de un minuto. Rajoy no estuvo en Getafe porque nadie del gobierno socialista fue capaz de llamar a su partido para convocarle al primer acto de homenaje a nuestros soldados fallecidos, una vez llegaron sus restos a suelo español. ¿Qué significa tanto desprecio? Sectarismo, puro sectarismo y apropiación indebida de los muertos de todos los que nos sentimos españoles. El ejército es mío, mío y muy mío... quizá se diría para sí, durante el acto de Getafe, algún auto-asignador de medallas. 

Entretanto, los separatistas proclamándose naciones, pidiendo a voz en grito la desaparición del artículo 8º de la Constitución española (el que encarga a la Fuerzas Armadas que vele por la unidad de España) y reclamando que ésta se reforme para que quepa el derecho a la secesión. Y los que más mandan, el Uno y el Dos, sonriendo al tendido y dando por bueno cuanto sucede. ¿Guardará alguna relación todo ello?

Publicado el 19 de agosto de 2005

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