Leído en el Periódico de Catalunya: “Duran plantea retirar la mención a los derechos históricos si el PSC asume el concierto económico”. O sea, cara gano yo, cruz pierdes tú. En primer lugar, señor Durán, algo tendrá que decir el Parlamento español en esta cosa extraña de reconocer derechos históricos a una región, ¿no le parece? O es que sólo Cataluña tiene historia que genera derechos a diferencia de otras regiones, como por ejemplo Murcia, que como todo el mundo sabe permaneció deshabitada hasta mediados del siglo XX porque en realidad era una isla en medio del Mediterráneo que fue acercándose a la península Ibérica. Y se cita a Murcia al ser la única comunidad, en contraposición a Cataluña, con la suficiente humildad para llamarse a sí misma Región. Claro que, bien mirado, Murcia tampoco es una región, sino una provincia, con lo cual se demuestra que todos queremos ser más de lo que somos y que la carne es débil.
Más adelante, en la noticia se añade también que la invocación a los derechos históricos se formula para “blindar” (las comillas son mías, la altisonancia bélica es ajena) las competencias de la “Generalitat”. ¿A qué me suena eso? Sí, ya caigo, me suena al “atado y bien atado” de finales del franquismo. Como si mediante el blindaje otorgado por un gobierno débil fuese imposible deshacer en el futuro las prebendas adjudicadas a los chantajistas políticos que aprovechan el momento.
¿Jugamos a los suposiciones, señor Durán? Supongamos que dentro de 5 o 10 años, en el caso de que España todavía existiese, se encontrasen al unísono un gobierno socialdemócrata decente, de esos a los que no les tiembla el pulso —vamos, a lo Blair—, y una oposición honorable como parece la actual —vamos, a lo Rajoy—. Incluso cabe la posibilidad de suponer que el gobierno fuese popular, y por lo tanto decente (es un decir), y en la oposición surgiese un émulo de Blair, de esos que no se achican a la hora de suspender autonomías que no cumplen con la Ley y desestabilizan todo el sistema.
Ahora imagínese, señor Durán, que ambas formaciones, populares y socialdemócratas, una vez que han logrado deshacerse de ese ser pusilánime que aparecía siempre rodeado de mediocres de cuota o “sacamantecas” políticos tipo Rubalcaba, han llegado ya al límite de su paciencia respecto a lo dañino de los nacionalismos y su irrefrenable método de extorsión al gobierno de España. Vaya un poco más adelante, señor Durán, y sospeche aunque sea levemente en la posibilidad de que PP y PSDE (nuevas siglas de unos socialistas civilizados) alcancen un acuerdo rígido, usted quizá diría blindado, para:
-A) Cambiar las normas electorales a fin de que gobierne siempre el partido más votado, al que se le adjudicaría un plus de diputados. No es ninguna tontería, en el Reino Unido y en USA llevan un par de siglos usando ese método o similares y así les va.
-B) Ofrecerle al pueblo español, mediante referéndum y previo debate de la calamidad que supone para la democracia la existencia de 17 naciones y nacioncillas, la posibilidad de anular la comunidades autónomas y pasar a otro sistema más racional y menos egoísta y pérfido. Sí, pérfido, porque no nos engañemos, señor Durán, todo nacionalismo aspira a la independencia o a la reivindicación permanente.
-C) Suspender las autonomías mientras no se elabore un sistema de descentralización administrativa que haga recaer las competencias en los ayuntamientos. Unas competencias en las que el Estado recuperará la educación y suprimirá las policías autonómicas. Por supuesto, todo ello reflejado en una nueva Constitución, porque si es posible cambiarla, y lo he dicho ya más de una vez, puede hacerse en cualquier sentido.
No tengo ganas de seguir, hoy ha sido un día muy pesado. A partir de los puntos A al C, probablemente refrendados por más de un 80% de los ciudadanos españoles si la propuesta llega de la mano de los dos grandes partidos, dígame, señor Durán, dónde quedarían sus derechos históricos y su blindaje de competencias para Cataluña. ¡Me río de janeiro si es que alguien con dos dedos de frente puede llegar a creer en semejante blindaje! Ah, se me olvidaba, si alguna vez ocurriera algo parecido y deseos no nos faltan a algunos, los nacionalistas vascos deberían comenzar de inmediato a poner sus barbas en remojo respecto al concierto económico y demás chollos antidemocráticos.
Pero claro, para una cosa así hace falta un Blair en lugar del elemento con el que ahora contamos. Aunque todo se andará, puesto que la estupidez o la desinformación de los votantes no tienen porqué ser infinitas.
Publicado el 17 de agosto de 2005
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