viernes, 19 de enero de 2018

Companys, Carod, la Navidad y la Revolución


Como ya sabrán, y si no se lo recordamos, dentro del Gobierno de la Generalidad hay ya quienes apuestan de forma abierta y retadora por la guerra civil, aunque circunscrita a Cataluña eso sí. Faltaría plus que a los habitantes de Sanlúcar de Barrameda o de Baños de Montemayor les afectara hasta ese punto toda la política maximalista de corte ultraizquierdista y paramasónica con la que los gobernantes del tripartito pretenden desestabilizar el actual statu quo político fundado/pactado en 1978.


Dado que a estos señores de la Esquerra les encanta remover el pasado y jugar al guerracivilismo, profundicemos un poco más en un aspecto concreto de la guerra civil a la que la Esquerra tanto contribuyó. Este mes ya ha empezado la campaña anual de promoción del cava catalán entre los distribuidores nacionales (españoles, por si acaso…). Pronto llegará la Navidad y las ventas tienen que estar completamente previstas.

Parece que al ínclito Carod Rovira, rehabilitado para la vida política después de aquel lamentable episodio con ETA, del cual deben estar acordándose los abulenses estos días, le ha debido dar algún nuevo ataque de neuronas y pretende emular al nefando Companys en su completa obra antinavideña forjada a base de un completo puñado de decretos anticristianos. ¿Sabían ustedes qué medidas tomó la Generalidad presidida por Companys en 1936 relativas a la Navidad? Les invitamos a que lean un breve, pero jugoso, artículo del escritor católico Alex Rosal publicado (el 25-09-2005) en La Razón para que se enteren un poco mejor de esta cuestión:

El 12 de diciembre de 1936 Lluís Companys se sacaba de la manga un decreto ley en el que «suprimía la Navidad y el día de Reyes», sustituyendo, éste último, por la Semana del Niño (Setmana de l’Infant). Pero la fobia anticatólica del dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya no terminaba ahí. Lo progre era, además, suprimir el nombre de todos los pueblos catalanes que tuvieran un topónimo religioso. Así, Sant Cugat del Vallés pasó a denominarse Pins del Vallés; Sant Feliu de Llobregat se transformó en Roses del Llobregat; Sant Pere Pescador pasó a llamarse Ampurdà; Sant Viçens dels Horts se convirtió en Horts del Llobregat; Santa Pau en Pau de Sert; Sant Daniel en La Vall de Galligfans... en fin, un disparate.

Ya nos podemos ir preparando. Con Zapatero en plan generoso y Carod Rovira exigiendo árnica gracias a sus sueños, me temo que si la cordura no retorna al seno del PSOE podemos quedarnos sin Navidad y Reyes. Es la revolución. Eso sí, pacífica, con talante y diálogo. Pero con tufillo masónico.

Por descontado que los prohombres de la Esquerra no van a pensar para nada en el sufrido católico ni en el españolito de filas residente en Cataluña. Pero, ¿es que tampoco van a pensar en las empresas y empleados del sector del cava catalán? ¿Ni siquiera por el mero hecho (egoísta y materialista) de pensar en las repercusiones económicas negativas que podrían desencadenarse van a cejar los separatistas catalanistas en sus empeños clerófobos y paramasónicos?

Carod, piénsate bien lo que vas a hacer y no vuelvas a 1936. Ni a 1934, claro. Como dice Policronio, si al menos tuviéramos al “egoísta” Lerroux en Madrid estaríamos más tranquilos. Pero no, tenemos que lidiar con el “generoso” Zapatero. Que Dios nos ampare.

Autor: Smith
Publicado el 26 de septiembre de 2005

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