Cataluña lleva mostrando síntomas de una corrupción generalizada desde las últimas legislaturas pujolistas. El mero hecho de que el actual presidente de la Generalidad soltara de sopetón en el Parlamento que 'El problema de CiU se llama tres por ciento', para posteriormente envainársela sin más problema, es todo un ejemplo de los cauces por los que discurre la política en Cataluña.
Cataluña, se diga lo que se diga, es una región nepótica. Luis Ignacio Parada lo acaba de reflejar perfectamente en su habitual columna del diario ABC:
"Nepotismo viene del latín «nepos» que quiere decir sobrino. En plural, «nepotes», tiene el significado más amplio de familiares. Y «nepotem» se utilizaba para designar al pródigo de bienes. En algún momento la palabra se empezó a utilizar para designar a los que transfieren los patrimonios institucionales a los parientes. Con ese nombre se conoció la práctica de algunos dignatarios eclesiásticos de nombrar altos cargos a sus parientes". Hoy conocemos por nepotismo la «desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos».
"¿Qué culpa tiene Ernest Maragall de ser hermano del presidente de la Generalidad de Cataluña? ¿Qué culpa tienen Apeles y Dolors Carod-Rovira de que su hermano José Luis les haya colocado de secretario general de Asuntos Interdepartamentales y de subdirectora del mismo negociado? ¿Qué culpa tienen Manel y Carme Nadal de que su hermano Joaquín les haya designado secretario general y vicesecretaria general de Movilidad? Ahora Pasqual Maragall quiere ascender a su hermanísimo a consejero de Universidades e Investigación. Y se le ha olvidado consultarlo a sus socios de Gobierno e incluso al primer secretario de su partido, José Montilla. ¿Qué culpa tienen los gobernantes catalanes de saber latín?".
Nosotros nos limitaremos a plantear una sola cuestión: Entre los 6.800.900 habitantes con los que cuenta Cataluña según la última encuesta de población activa correspondiente al segundo trimestre del 2005, ¿no existe ninguna otra persona más adecuada para ser conseller de Universidades que el hermanísimo Ernest Maragall? Hombre, se entienden algunos tics mesiánicos; ya saben, la estirpe de los Maragall, que arranca con el poeta Joan Maragall, cercano al círculo de Ruskin y que vienen a ser como los Kennedy o los Rothschild catalanes... pero hombre, esta vez se van a pasar dos pueblos y medio, ¿no?
Autor: Smith
Publicado el 16 de octubre de 2005
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