domingo, 21 de enero de 2018

Carod y las dos caras siniestras del nacionalismo

Carod-Setung
Uno de los elementos comunes a los nacionalismos, que no dejan de amenazar la estabilidad constitucional desde el mismo año 1978, es el doble discurso que los imanes secesionistas suelen presentar ante la opinión pública. Recuerden cómo Javier Arzallus no era el mismo cuando hablaba en las campas de Salburua en los "egunas" de turno, que cuando hacía una entrevista sosegada para la linda María Antonia Iglesias. El tirano peneuvero pasaba con una facilidad pasmosa del caudillismo nazi a una beaturronería digna del más modélico de los conventos de las monjas clarisas.

En estas artes estilo Fumanchú, Carod Rovira no va a la zaga de Arzallus ni mucho menos. Ahí están los ejemplos, a puñados, para quienes quieran analizar. A Carod le encanta ponerse en plan Supercompanys cuando habla para su parroquia más leal. Por ejemplo, las noches de las jornadas electorales, cuando después de realizarse el escrutinio toda la jauría separatista grita a coro eso de in, inde, inde-pen-den-cia; o como la semana pasada, cuando no le importaba absolutamente nada desvelarnos que éste, el del Estatuto, era el paso previo a la construcción del Estado catalán. Este, y no otro, es el verdadero Carod. Que nadie se engañe.

Ocurre, sin embargo, que fruto de su radicalismo Carod se viene granjeando las antipatías de buena parte de los españoles. Recuerden, por ejemplo, aquella reunión que mantuvo con la cúpula de ETA, pactando una tregua para Cataluña. En esto también seguía los pasos de Arzallus, que en su día ya dijo a los terroristas que no se les ocurriera volver a matar en Euskadi; que lo hicieran fuera, que manchaban las "históricas" (en el resto del planeta no pasa el tiempo) calles vascas.

Pero, resulta que Carod tiene también que atender lógicamente a los medios de comunicación nacionales (españoles, claro); y ahí, Carod ya no es Carod; es una mezcla de Carod y Teresa de Calcuta. Ayer por la tarde escuchamos una larga entrevista en el programa Gomaespuma de Onda Cero en la que Carod nos mostraba aparentemente su cara más "amable", que seguía siendo bastante siniestra en el fondo, ojo. Había respuestas carodetxianas para todos los gustos. Pero hubo una que nos llamó especialmente la atención. Preguntado por qué los nacionalistas catalanes siempre estaban disconformes con la realidad política, el mandamás de la Esquerra respondía con argumentos tan falsos y nauseabundos como éste: que a Cataluña históricamente nunca se le había dejado desarrollar sus libertades porque desde Madrid se azuzaba con la mentira de que la región se iba a independizar y formar un Estado y que, por eso, durante siglo y pico llevan siendo oprimidos por el Estado español. Todo esto lo decía con una educación exquisita, a modo de magisterio democrático: ¿ven como no soy tan fiero?, quería transmitirnos...

Ocurre, sin embargo, que algunos hemos estudiado un poco nuestra historia y sabemos perfectamente que Cataluña ha aprovechado las ventajas y transferencias para fastidiar a los demás y disgregarse del resto de España. Como en 1934, cuando, con Estatut, con Generalitat y con todo lo demás (Escamots, consejerías, legislación lingüística...), empuñaron las armas y se rebelaron contra el Estado. Y nadie les había hecho nada. Sólo que, a pesar de las ventajas obtenidas, los secesionistas de la Esquerra montaron el numerito y dejaron empapada Cataluña de sangre y fuego. Que no nos venga Carod, por lo tanto, a decirnos que Cataluña ha sido "oprimida" por Madrid porque falsamente se les atribuían tentativas secesionistas.

A pesar de su exquisita educación, la cara mostrada ayer por Carod en Onda Cero era tan siniestra como la de cualquier alocado mitin de la Esquerra. Mintió como un bellaco y, el entrevistador, carente de recursos, apenas podía contestar nada de todo esto porque tampoco era un especialista en la materia. Bien es cierto que, ante la mentira radical de que a los catalanes se les marginaba en el resto de España, el señor de Gomaespuma no pudo por menos que decirle: Mire Carod, que la gente oye hablar catalán en Valencia o en Algeciras y lo respeta completamente. Pero Carod no quería darse por enterado. El nacionalismo, ya se sabe, padece sordera cuando le interesa.

Autor: Smith
Publicado el 4 de octubre de 2005

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