Una noticia que ha pasado bastante desapercibida al ciudadano medio ha sido la liberalización del ferrocarril. Como todos ustedes sabrán, la RENFE había monopolizado desde 1941 el tráfico ferroviario nacional. A consecuencia de la política autárquica de los primeros años de la dictadura, y más concretamente durante la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno decidió la creación de una Red Nacional de Ferrocarriles Españoles que paliara los daños sufridos en las vías férreas durante nuestra guerra civil; a la par, se estableció un modelo de gestión ferroviaria que ponía bajo el control de dicha red unos 12.000 kilómetros de líneas férreas.
Pero lo cierto es que el ferrocarril no tuvo, a pesar de los intentos realizados durante los años sesenta con el Plan de Modernización, la repercusión esperada en el transporte de pasajeros y en el comercial, triunfando en estos ámbitos el tráfico por carretera y el aéreo. A pesar de ello, el vigente Plan de Infraestructuras Ferroviarias 2000-2007 tiene prevista una inversión de 4,7 billones de pesetas que dotarán a España de una gran red de 7.200 Km. de Alta Velocidad. Ahora bien, la noticia que realmente va a dar un nuevo impulso al sector ferroviario nacional es la liberalización del ferrocarril, lo que no quiere decir que se vaya a privatizar de momento la RENFE. Pero, al menos, se espera una entrada del sector privado en el mundo ferroviario, una reducción segura en las tarifas, el fin a seis décadas de monopolio de la RENFE, y otros seguros beneficios que se sustanciarán cuando en el 2010 se liberalice definitivamente el transporte de pasajeros. Así que estamos de enhorabuena. Salvo que el virus neoallendista llegue al ministerio de Fomento, claro.
Autor: Smith
Publicado el 22 de enero de 2005
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