Los observadores de la España liberal hemos de estar atentos a una regla que los nacionalistas siguen magistralmente: dos pasos hacia adelante y ninguno hacia atrás. Si el líder comunista Lenin se conformaba con aquello de dos pasos adelante y uno atrás, los nacionalistas vascos y catalanes siempre han seguido la táctica de avanzar más o menos rápido, pero siempre, siempre, hacia adelante.
Hemos titulado "separatistas", porque entre quienes ayudan al -hasta ahora- inexorable deterioro de la nación española y de la lealtad constitucional, se encuentran tanto los nacionalistas vascos y catalanes como los socialistas de aquellas dos comunidades autónomas, donde el rancio jacobinismo de Ferraz apenas incide.
La última del partido que tan bien liderara no hace tanto Redondo Terreros lo demuestra bien a las claras: Trituración de España y legalización de Batasuna. Nosotros hemos llegado a un punto que, aunque suene algo estridente, nos preocupa más la disgregación conceptual de la nación española que la legalización de Batasuna. Quizá sea una distorsión, culpa de nuestro espíritu academicista, pero, realmente: ¿a quién le importa que Batasuna esté legalizada si España deja de ser lo que siempre fue: una sola nación?
Autor: Smith
Artículo publicado el 18 de diciembre de 2004
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