A lo largo de su dilatada historia, el PSOE se ha mostrado en innumerables ocasiones como una fuerza política claramente disolvente. Salvo el periodo de la Dictadura de Primo de Rivera, con la que tanto medró a pesar de las mentiras que se publican en sentido opuesto, podemos afirmar que el socialismo siempre ha favorecido de un modo u otro la disgregación nacional. No es un partido nacionalista, pero tampoco nacional, por lo que sus diferentes estrategias políticas han desembocado en un apoyo al nacionalismo, en un dejar hacer al nacionalismo o en una preocupante desidia que siempre favorece al que siempre está pidiendo.
Pío Moa ha escrito hoy en La razón un artículo que termina con estas palabras: "Como decía Julián Marías, cada cual debiera preguntarse, no «qué va a pasar», sino «qué puedo hacer»"... para terminar con la etapa Zapatero Kerensky, claro. ¿Qué podemos esperar de un Presidente del Gobierno que no sabe cuántas naciones gobierna y que si las supiera le daría igual llamarlas naciones, nacionalidades o como quieran? Debemos pues, hacer todo lo que esté de nuestra mano para reivindicar la libertad y la unidad constitucionales en España.
Vivimos un periodo claramente disolvente en el que los nacionalismos siguen avanzando gracias a la debilidad y a la falta de principios y criterios de un Gobierno de tintes jacobinos salvo en el centralismo. ¡Ya podían ser jacobinos en defender la unidad de España y menos en el anticatolicismo barato! Creanme, lectores de Batiburrillo y Redliberal que, de toda esta situación de clara disolución nacional, lo que más repugnancia nos da es la bufonada del nuevo Azaña (no Rodríguez, en la Presidencia) en el Ministerio de Defensa. Un tipo capaz, si es preciso, de entonar el Cara al Sol en el Alcázar de Toledo después de una "frugal" cena aunque su partido político esté triturando cualquier cosa que huela a libertad y a España en Vascongadas y Cataluña. ¿Se acuerdan de lo "ultra" que era Aznar por lo de la bandera de la Plaza de Colon? Aquí, cada loco con su tema. No lo duden.
Autor: Smith
Artículo publicado el 17 de diciembre de 2004
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