Defender al pueblo es algo que el Gobierno debería hacer de oficio. Al menos si fuera un gobierno como Dios manda, o como manda la civilidad al uso. Para defendernos del Gobierno, o si se quiere de la Administración, se creó la figura del Defensor del Pueblo, que es un cargo independiente y en la actualidad le corresponde ejercerlo, a propuesta de los populares, a un señor de trayectoria socialista que, ¡manda narices!, no se habla con sus afines del Gobierno socialista.
Para defender a las víctimas del terrorismo en sus forcejeos con los nacionalistas, que siempre ejercen de segunda instancia con vocación de condenarlas a la marginalidad civil, debería haberse bastado y sobrado el Gobierno. Pero no, no ha sido así. A este Gobierno de ZP, que nació cansado y alérgico al BOE (para publicar algo con firma de ministro para arriba ha sido preciso dejar a todo el Levante sin agua), no se le ha ocurrido otra cosa que utilizar un método napoleónico. Y de igual forma que el emperador gabacho creaba Alto Comisionado (de comisión) para (atender a) las Víctimas del Terrorismo>.
La decisión del presidente Rodríguez podía haber sido incluso eficaz de haber cumplido alguno de los siguientes requisitos: 1. Independencia del Gobierno. 2. Elección por los 3/5 del Parlamento de la persona que ocupase el cargo. 3. Habilitación de una partida presupuestaria acorde con la Ley. Una Ley, por cierto, que previamente debería haber sido elaborada para dotar a la nueva Institución de un marco jurídico adecuado.
En lugar de todo lo descrito, que a cualquier cabeza pensante le parecería primordial si el gobierno que toma la decisión fuese demócrata, ZP ha optado por la propaganda y ha escogido a un amiguete que ha hecho depender directamente de él: El señor Peces-Barba, quien ha recibido el rango de Secretario de Estado y es posible que lo primero que haya oído de su jefe no sonase demasiado diferente a esto: Gregorio, ni se te ocurra tocar un papel, tú reúnete con esa gente las veces que haga falta, pero no hagas nada. Naturalmente, Zapatero ha dado a entender todo lo contrario ante los micrófonos, es decir, que su coleguilla Peces removerá obstáculos que dificulten los derechos de las víctimas. Ahí queda eso, ya tenemos el siguiente eslogan socialista: Vota PSOE, los removedores de obstáculos.
Lo que ocurre es que Zapatero, incapaz una vez más de facilitar detalles de su política (no es porque no quiera, simplemente su única estrategia es destructiva o no es nada), ha eludido entregar a la prensa una relación de los obstáculos que deben ser removidos. Lo que significa que el señor Peces deberá mojarse, ¡jo, macho!, llamar a los portavoces de las víctimas y, después de llorar un rato ante la Manjón, presentar al presidente un dossier que diga: Tras reunirme en numerosas oportunidades con las asociaciones de Víctimas..., bla, bla, bla, xiu, xiu (aquí se pueden incluir las matrículas de los automóviles de las víctimas, inclusive los desguazados después de la explosión, para que ZP las lea a gusto en el Congreso), este Alto Comisionado ha llegado a la conclusión de que los obstáculos a remover son dos: 1. Más pasta. 2. Que los nacionalistas catalanes y vascos dejen de amargarles la vida. Firmado: El Alto Comisionado.
Para llegar a una conclusión tan simple, al alcance en menos de tres días de cualquier Jefe de Negociado del ministerio más ocioso, el Alto Comisionado habrá utilizado cerca de tres años y varios millones de euros, tendrá las manos desgastadas de tanta palmadita en la espalda y habrá puesto en un estado de nervios a unas víctimas que, en el mejor de los casos, contemplarán seriamente la opción del suicidio. ZP, entretanto, seguirá en su labor de España, SA, cerrado por defunción, y al recibir el dossier de su amigo Peces exclamará su entusiasmo incluso antes de leerlo: ¡Lo ves, Gregorio, nada hay como un Alto Comisionado! Como te dije, en el próximo Gobierno tú serás ministro. Vete pensando que ministerio quieres. Pero no me pidas Interior, porque luego Maragall no me deja, y el de Defensa lo tengo ocupado con Bono, que me hace de contrapeso mediático.
Víctimas del terrorismo, no sabéis cómo siento decirlo: Daros por jodidos con un Alto Comisionado socialista y dependiente de Zapatero. Puede que os dé alguna pasta, desde luego mucho menos de lo que os merecéis, pero nada hará este sectario que nos preside para que en determinadas autonomías dejen de trataros como a perros callejeros.
Artículo publicado el 21 de diciembre de 2004
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