lunes, 25 de diciembre de 2017

¿Para cuándo la Libertad en China?

Recientemente se ha sabido, a través de algunos documentos desclasificados por el actual gobierno chino, que el número de víctimas de la Plaza Tiananmen superó las 10.000 personas. "China: Tanques contra la libertad", 10 de Junio de 1989, sobre la matanza de la plaza de Tiananmen que acabó con el levantamiento popular a favor de la democracia.

Libertad. (Del lat. libertas, -atis). 1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. 2. f. Estado o condición de quien no es esclavo. 

Creemos necesario hacer un somero análisis del escamoteo de la Libertad (con mayúsculas) que sufre la nación más poblada del planeta, China. 


China, con 1.300 millones de habitantes, es el país más poblado de la tierra, representando el 21% de la población total de un Planeta en el que más de la mitad de sus habitantes son asiáticos. Por lo tanto, la situación por la que atraviesa la Libertad en un país de estas magnitudes ha de ser considerada por cualquier liberal que se tenga por tal, como una de las primeras notas para consultar en la agenda. En los medios de comunicación de la progresía internacional se habla continuamente de la República Popular China o de la República Bolivariana de Venezuela como si adjetivando los regímenes "republicanos" se añadiera un plus democrático al sustantivo que, en realidad, ninguna adjetivación debiera necesitar.

El éxito económico de China se fundamenta en tres ventajas comparativas de origen histórico: Primero, una enorme masa de trabajadores rurales dispuestos a trabajar por muy bajos salarios y que cuentan con una sólida educación básica. Segundo, una tasa de ahorro nacional altísima, lo que posibilita un proceso de inversión rápido y sostenido. Tercero, un sistema de disciplina social y de estabilidad política administrado por el Partido Comunista que brinda certidumbre a la toma de decisiones económicas de largo plazo. 

Sabido es, que la industria manufacturera occidental acomete actualmente una gravísima crisis, fruto de la imparable competitividad de su homóloga china. No seremos nosotros quienes nos opongamos al libre comercio mundial y a la competitividad internacional, aunque algunas cuestiones habría que matizar; y, muy particularmente, dos.

-La primera es que Europa no puede estar exigiendo a las empresas industriales unos terribles condicionamientos y normativas de todo tipo (administrativa, ecológica, sanitaria, de seguridad, asistencial, social...) si luego va a dejar entrar al mercado europeo -sin la menor pega- productos orientales cuyas factorías están exentas de toda la pesadísima normativa creada por la plutocracia de Bruselas. Téngase en cuenta que cada normativa que se añade, no suele eliminar obligaciones anteriores, sino que tan sólo las complementa, con lo que los costes sobre los fabricantes se acumulan sin parar.

- La segunda es que Europa ha de plantearse si hay que subordinar el libre intercambio de bienes y servicios a la previa democratización de los países. Habría que preguntarse si el embargo practicado por los EEUU en contra de Cuba, y defendido en varias ocasiones por distintos bloggers liberales no sería igualmente aplicable a la dictadura comunista, perdón, República Popular China. En este sentido, parece ser que las libertades más elementades distan mucho de ser respetadas en la imponente supernación asiática.

China es actualmente el país más admirado del mundo en cuanto al progreso económico se refiere. ¿Lo es igualmente en la cuestiones como la Libertad, la Democracia o la transparencia informativa? Evidentemente que no, porque las demandas de democratización del sistema político han sido postergadas y no hay salida a corto plazo para solventar esta grave cuestión. ¿Hasta cuándo va a tolerar el resto del mundo que 1.300 millones de seres humanos estén sometidos al leninismo de un Partido Comunista que cuenta con 65 millones de afiliados? ¿O es que con aceptar el capitalismo desarrollista admitido por la nomenklatura ya nos vamos a dar por contentos?

Autor: Smith
Publicado el 30 de abril de 2005

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