lunes, 25 de diciembre de 2017

Nuevo brindis tancredil: ERC “cogestionará” la política de Defensa


La verdad es que ya no hay por dónde agarrar la incesante riada de abochornantes desafueros a la que Rodríguez Frentepopulero está sometiendo a los españoles. El diccionario se acaba y los dislates se suceden encadenadamente sin que este calvario parezca tener final. Por favor, nos diga alguien si puede ser considerada medianamente normal, lógica, consecuente… la idea de que ERC (partido antiespañol, antimonárquico, antiliberal, antimilitarista e hipernacionalista donde los haya) cogestione la política de Defensa de España desde sus irrenunciables posiciones maximalistas.


Verdaderamente el actual panorama político resulta realmente desalentador para quienes defendemos la Libertad de los españoles. En nada exageramos al denunciar la descomposición antidemocrática a la que José Luis Rodríguez Frentepopulero está llevando nuestra monarquía parlamentaria. En este sentido, la reunión secreta mantenida entre socialistas, republicanos y militares tiene, al menos, tres aspectos nada aleccionadores para comentar:

1) Concesiones en secreta reunión: Desde la llegada al Poder del PSOE una vieja manera de hacer política se ha hecho realidad: el secretismo. Esta costumbre instalada por el zapaterismo, además de retrotraernos al PSOE y ERC de los mejorables tiempos de los años 30, aleja a los partidos políticos de la obligada transparencia que a la ciudadanía deben. José Bono, patriotero demagogo y neogaullista de pegote ha demostrado, a la hora de la verdad, que no deja de ser un nefasto ministro neoazañista. Azaña, recuerden, fue un ministro de Defensa en la II República que no tuvo empacho alguno en pedir públicamente la trituración del Ejército, de la misma manera que a Bono le importa un pimiento ceder en Defensa ante los republicano-independentistas, lo mismo para retirar lemas patrióticos que para darles carta blanca en la elaboración, nada más y nada menos, que de la Ley de Defensa. Por cierto, que empieza a ser norma esto de que Bono actúe “discreta”, pero no “secretamente”. Recuerden su oculto y ocultado –hasta que se levantó la liebre- viaje a Venezuela para la venta de armas al Hugo Chávez.

2) Cesión al chantaje: Todavía no sabemos cuál es el límite ni hasta dónde van a condicionar la actividad del Gobierno los votos de un partido regional. Por mucho que nos quieran vestir el santo, no parece en absoluto democrático ni liberal que un partido tan minoritario tenga el desmedido peso en la vida política nacional que actualmente mantiene. Se podrá argumentar que la democracia parlamentaria está sujeta a pactos de Gobierno, pero una cosa es esto y otra que el 1,5% de los españoles terminen domeñando al resto, máxime, cuando desde su hipernacionalismo se actúa en contra del interés general. Y ya no es sólo tal o cual medida, sino que el chorreo es ya tan copioso que parecemos arrastrados por la corriente de un desbocado torrente nacionalista.

3) Pero si hay algo verdaderamente inaguantable en toda esta situación es comprobar cómo un partido radicalmente antiespañol puede llegar a domeñar al donTancredo de turno e intervenir de manera decisiva en la elaboración de la Ley de Defensa ¿Para qué queremos enemigos si, gracias a Rodríguez Frentepopulero vamos a tener el Caballo de Troya dirigiendo el propio Ejército? Mientras los separatistas están forzando el resquebrajamiento de la unidad fiscal con el apoyo inestimable de Pascual Maragall, ahí está Bono, haciendo de componedor y aprovechando la visita de Carod Rovira para intentar “eliminar” en los tres ejércitos, a través del JEMAD, las reticencias que percibía en ellos hacia la colaboración del Gobierno con los socios republicanos. Pero ¿es que no se da cuenta Bono que, mientras en el Ejército se jura lealtad a la bandera y a España, su Gobierno está siendo muy poco leal a la nación, pactando y cediendo cotidianamente ante los chantajes de ERC? ¿Cómo no van a mostrarse “reticentes” los militares con quienes quieren triturar España?

Creemos que los liberales hemos de velar por la transparencia de la actividad pública, por el acomodo de las medidas gubernamentales a la representatividad parlamentaria y por la defensa de la soberanía nacional. Ninguna de estas tres cosas han sido puestas en práctica el pasado martes 19 de abril en el almuerzo secreto que celebraron en la sede del Ministerio de Defensa José Bono, Francisco Pardo y el JEMAD, el general Félix Sanz con Carodetxe, Puigcercós y Joan Puig. Almuerzo en el que ganó ERC y perdieron España y la Libertad. No lo duden. Los socialistas han abierto las puertas a la Esquerra para que cogestionen Defensa sin que nadie conozca contrapartida alguna por parte de ERC.

Autor: Smith
Publicado el 29 de abril de 2005

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