Ayuntamiento de Pinto (Imagen: Wikipedia) |
Ya dijimos que el actual Gobierno apuntaba viejos vicios del felipismo. Tampoco es extraño, porque muchos de los socialistas que están situados en las altas esferas estatales, incluído algún ministro, pasaron anteriormente por gabinetes del Felipato.
Sabido es que la corrupción fue uno de los peores rastros que dejó Felipe González y no ya, como habitualmente se dice, en sus últimos años, sino que desde los tiempos de la expropiación del Holding Rumasa y la financiación del propio PSOE (caso Flick), ya se veía venir todo el fregado. En este sentido, la descomunal corrupción que ha infectado todo el sistema político catalán, parece ser una señal suficientemente grave como para desconfiar de las promesas "regeneracionistas" del líder de la Alianza de las Civilizaciones coronada torpemente por el Rey Juan Carlos.
En el mundillo político, los hay caraduras, los hay sinvergüenzas, y los hay quienes llegan a tal grado de degeneración, que pueden terminar convirtiéndose en extraños mitos "ejemplares" al más puro estilo El Dioni o El Lute. Uno de éstos es indudablemente Antonio Fernández, alcalde de Pinto. Este señor ha decidido tomarse unas vacacioncitas desde el 13 de febrero hasta el 4 de abril, cobrando -por supuesto- y dar una vuelta por Cuba, Chile y Argentina. Asuntos trascendentalísimos para su localidad han llevado al alcalde (y delegado de asuntos exteriores de Pinto) a velar por los intereses de Pinto allende los mares unas semanitas. Pero no se crean que el alcalde se olvida de sus conciudadanos. Desde la Atenas democrática de Iberoamérica -La Habana-, el mes pasado todavía tuvo el detalle de recomendar el voto favorable al Tratado Constitucional europeo por el que se otorga, etc, etc, etc. ¡Todo un demócrata! Sí señor. Nosotros, en su lugar, también habríamos pedido el "sí" a la consagración del sistema en el que se puede vivir, como él vive
Autor: Smith
Publicado el 10 de marzo de 2005
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