¿Se acuerdan de la vía chilena hacia el socialismo? Pues bien, treinta años después -miren que han sucedido cosas, caída del Muro de Berlín incluida-, Hugo Chávez ha cogido el manual del socialismo marxista de Salvador Allende y está dispuesto a hundir Venezuela, caiga quien caiga…menos él, por supuesto.
Si algo ha demostrado la Historia a lo largo y ancho del siglo XX, es que las economías planificadas y los socialismos más o menos radicales –el de Hugo Chávez es muy radical, créannos-, no sólo han detenido el avance de las naciones que tales plagas han sufrido, sino que, a la larga, han supuesto una ruina total desde el punto de vista humano, político, económico y cultural de todos aquellos lugares que los padecieron. ¿Acaso hará falta recordar aquí la lamentable situación por la que atravesaron todos –sin dejar ni uno- los índices económicos del Chile allendista?: PIB, inflación, paro, hambre, huelgas, escasez de materias primas, sectores enteros destrozados, nacionalizaciones a tralla, carencia de energías básicas, déficit democrático… En 1971 Fidel Castro recorrió Chile retadoramente durante ¡casi un mes!, opinando sobre economía y política internas que a él no le debieran atañer. En definitiva, el liberalismo político y económico pisoteado y la Libertad secuestrada y la intromisión cubana en Chile a la orden del día.
Como kafkiana y surrealista podríamos considerar la babeante política de admiración y cooperación que mantiene Hugo Chávez hacia Fidel Castro. Kafkiana y surrealista porque, parece mentira, tres décadas después, otra importante nación Iberoamericana parece condenada a seguir hipnotizada por el dictador comunista más longevo de la Historia de la Humanidad. Los líderes Hugo Chávez y Fidel Castro organizan y financian la avanzada socialista en Latinoamérica, para desestabilizar a las inmaduras democracias latinoamericanas e imponer el "modelo alternativo antineoliberal".
Al final, todo se reduce a lo mismo, aunque ahora, les va a resultar más difícil salir del aislacionismo que ellos mismos se autoimponen. Ya no está Moscú... ni Praga, ni Varsovia, Bucarest, ni Budapest… Para regocijo de liberales y capitalistas, el “socialismo real”, descontado el peculiar tema de China, ha quedado reducido a Cuba, Corea del Norte, Vietnam, y poco más. De ahí el interés que Castro y Chávez mantienen por la alianza comercial de estados iberoamericanos (ALBA), en contra del Área de Libre Comercio Americano (ALCA). En realidad, el ALBA ha sido diseñada por Chávez para hacer la competencia a lo que ellos consideran intereses norteamericanos y que no son sino los intereses del libre comercio.
Bien, Hugo Chávez lo ha querido: socialismo marxista, castrismo procubano, bolivarianismo revolucionario y cristianismo de bayoneta. Todo vale con tal de atacar infundadamente al liberalismo y al capitalismo. Él verá a donde conducen sus desvelos neomarxistas. La experiencia es un grado y ésta nos dice que el chavismo no tendrá un final feliz. Durará más (castrismo) o menos (allendismo), pero al final, Venezuela saldrá adelante con la única de las fórmulas que hasta la fecha se conocen a tal fin: democracia parlamentaria, economía de libre mercado y respeto a la Libertad del hombre. Por supuesto que en este cuadro no estará Hugo Chávez Frías. El sabe perfectamente que está llevando a Venezuela a la ruina. Que no eche balones fuera y culpe a los EEUU y al resto del mundo libre de las consecuencias de los tics totalitarios de su régimen. La Historia es muy terca y, afortunada o desafortunadamente, cíclica; y ya hemos visto este capítulo en otras latitudes del planeta: España 1931-1936; Chile 1971-1973…
Autor: Smith
Publicado el 6 de mayo de 2005
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