Días atrás anoté un comentario que me rondaba por la cabeza desde hace tiempo, quizá años, referido a la hipotética federación entre USA-UE. El comentario no fue más que el principio de un divertimento para darle otro aire a mis artículos en Batiburrillo, cansado ese día de las mismas anotaciones políticas de siempre. Así lo aclaré entonces y así lo ratifico hoy: Nada se pierde por hablar y a poder ser polemizar sobre un asunto que parece de lo más interesante.
A juzgar por la complejidad del tema, debo confesar que he recibido menos respuestas de las esperadas, sólo nueve, tres de las cuales corresponden a Jahd, a quien le agradezco su interés y su enlace a un artículo en JJLL que no había leído antes de escribir mi “post”, ahora sí, del que comparto en buena medida los argumentos que se exponen.
¿Qué ha motivado tan bajo número de respuestas en un tema que, en mi opinión, no carece de importancia aunque se halle a años luz de materializarse? Aseguraría que Red Liberal se ha sobredimensionado, lo cual me parece magnífico, y ahora la mayoría de nosotros no tiene tiempo de leer todo lo que se escribe aquí, por lo que hay cierta tendencia a seleccionar determinadas bitácoras y Batiburrillo, creo, nunca ha sido de lectura amena debido a la extensión de sus artículos. Por otra parte, el asunto USA-UE carece de importancia para los nacionalistas o los “trolls” de la progresía, que son quienes entran con mayor facilidad a descalificar determinadas opiniones. Es decir, si uno busca un alto número de anotaciones no tiene más que escribir algo negativo sobre Maragall, Ibarreche y compañía, a poder ser con argumentos flojitos y fáciles de rebatir, y a esperar que entren al trapo para llamarlo a uno fascista.
Volviendo al tema que nos ocupa, lo primero que me gustaría aclarar es que mi simpatía se halla con Europa, pero no con la Europa de los funcionarios y el Eje franco-alemán, sino con una Unión Europea más liberal y menos intervencionista que la de ahora o la del nuevo tratado que se avecina. Pero ello no quita que USA no goce también de mi predilección, a pesar del escaso conocimiento que poseo de ese territorio, y que esté convencido del gran beneficio que le supondría a nuestro continente, federado o no a USA, acercarse en lo político y económico a un mundo más libre y próspero como es el americano. De modo que a partir de esta breve aclaración voy a contestar a los amigos que se tomaron la molestia de hacer algún comentario:
Manel fue el primero que intervino y lo hizo justo al contrario de lo que había pedido, con monosílabos. En su caso me extraña y bien que lo siento, quizá obró así por espíritu de rebeldía. Pero quien posee la prosa más brillante y bien argumentada de Red Liberal ha mostrado aquí un laconismo casi punible por lo inesperado y desconcertante. Representa algo así como si Chopín se dedicase a tocar el piano con el dedo de una mano, olvidando ex profeso su virtuosismo, o si Fernando Alonso se empeñase en ganar más de un gran premio de F-1 y saliera siempre con el depósito de combustible en la reserva. Ahora bien, no descarto que Manel estuviese engrasando la Parabellum y hubiese soltado un tiro al aire para ver si aquello funcionaba; un tiro cuyo proyectil cayó, casualmente, en mi comentario anterior; un tiro del que espero no sea más que el aviso previo de alguna ráfaga bien expuesta. Sí, esas ráfagas que tanto me gusta leerle, lo reconozco.
En segundo lugar intervino Kantor, un nick que hasta el momento desconocía en Batiburrillo. Bienvenido seas en cualquier caso. Su primer párrafo me dejó con la boca abierta: <i>Acabas de descubrir una nación y lo primero que se te ocurre es ponerle un Estado...vaya liberal!! Su frase no puede ser más críptica para mí, no sé qué nación acabo de descubrir ni qué estado quiero ponerle. El párrafo lo concluye con un retumbante “vaya liberal”, que demuestra su condición de repartidor de carnés liberales y al que le suceden un par de signos admirativos que denotan puritita LOGSE. Sí, parece el típico sujeto que niega la liberalidad a quien no piense a su gusto, lo cual le desacredita a manos llenas como liberal. Luego afirma que “los Estados Unidos de Euroamérica ya existen”. Por supuesto que sí, amigo, y la Confederación catalano-hanseática, lo que pasa es que en ambos casos aún no lo sabe nadie. Me lo explique. Después, a bocajarro, afirma que “no necesitamos una bandera y un Gobierno común” (le añado los acentos que no pone). Aquí el personaje se erige en representante de un colectivo llamado “necesitamos” que no sé a cuanta gente integra. Podrían ser él y su gato o millones de personas. Vete a saber. Me lo vuelva a explicar. Finaliza, eso sí, con un pensamiento bastante inédito respecto a Francia y su política divisiva que en parte le exonera del dogmatismo anterior.
El tercero en intervenir fue Freelance. Aquí hablamos ya de palabras mayores dichas por un peso pesado de RL. Freelance secunda a Kantor y viene a decir algo así: Señor, Señor, que me quede como estoy. Luego propugna algo básico para un liberal: El adelgazamiento del Estado. Amigo Freelance, no creo haber dicho nada en contra del Estado no ya delgado sino mínimo. Un estado mínimo, para mí, que sólo me represento a mí solito no como hace Kantor, es lo ideal y lo deseable. Pero ese Estado mínimo no tiene por qué ser incompatible con ninguna federación, sobre todo cuando se especula, que no otra cosa, con federar la Europa burocrática a la USA liberal. Pero no para burocratizar América, sino para liberalizar Europa, tal sería el propósito de una idea que de llevarse a cabo en el siglo XXXII, pongamos por caso, sería como resultado de un hastío europeo y un referente americano cada vez más patente. En lo que sí coincidimos es en lo que tú denominas “mundo libre” (término acuñado en plena Guerra Fría), que sería la suma de USA-UE con otros estados que cumpliesen ciertos requisitos de libertad y democracia, término, este último, clave para cualquier propuesta unificadora.
DialM, otro interviniente desconocido para mí, demuestra que escribe con los pies en el suelo y un gran sentido de la realidad. Su intervención me parece tan acertada que merece copiarse tal cual: Creo que Europa no está preparada para semejantes aventuras. Somos un continente de funcionarios, para desgracia nuestra, y no queremos ver más allá de nuestras propias narices. Nos creemos dotados por un "no se qué" especial, un algo tan ideal-de-la-muerte que necesitamos que los Estados Unidos nos saquen las castañas del fuego cada 30 o 40 años. O espabilamos o "nos espabilan". De hecho, mi propuesta va en esa línea y no me importaría en absoluto que los americanos nos espabilaran a los europeos en lo político. En lo político, en lo económico y en unas cuantas cosas más. A sabiendas de que el liberalismo en América o en el “mundo libre”, como dice Freelance, es manifiestamente mejorable pero no por ello menos deseable que el europeo.
El siguiente en intervenir fue Jahd, otro peso pesado. Con Jahd comparto más del 90% de sus argumentos. Me parece muy interesante su cita del mercado de 800 millones, por supuesto para empezar. Lo que no veo claro es que cada estado pida su adhesión a la Unión, puesto que suena a retroceso, o no he sabido entenderle, de lo ya conseguido en Europa, que no todo es malo, por ejemplo el euro que nos permite circular por unos cuantos países. Su segunda intervención es brillante y merece ser destacada: No compiten los países, compiten personas y empresas. Una unión como la propuesta eliminaría las barreras (artificiales) para una competencia más limpia. Nadie habla de un súper estado, sino de una zona de libre comercio, libre movimiento de capitales, mercancías y personas. Dentro de la unión habría la misma competencia que existe entre los estados de los EEUU, que serían el modelo a seguir, no la igualitarista UE.
Francoalemán, probablemente el “bloger” mejor informado de cuantos conozco y todo un puntal de RL, intervino para formular una pregunta a mi juicio innecesaria: “¿Dónde queda ese concepto tan sano de ‘competencia’?” Franco, no creo en absoluto que en RL haya quien desee eliminar la competencia. Al menos no es mi caso. Es más, la filosofía de la nueva Roma (término filosófico no imperialista), no sólo en lo económico como trataré de aclarar, se basa en el viejo y vulgar refrán: Todo se pega menos la hermosura. Una Europa que se arrime a los EEUU, nación que jamás aceptará retroceder en sus libertades, podría llegar a contagiarse de cierto espíritu competitivo que ahora no posee y cuyos paradigmas más sangrantes son las subvenciones a los agricultores franceses o el PER a los jornaleros españoles. Creo, amigo, que uno debe tener miedo a determinado “cartel”, como tú denominas a la más que hipotética federación euro americana, si detrás se encierra el bandolerismo o ideas monopolísticas dispuestas a avasallar al resto de la especie humana. Pero si lo que se pretende es crear un espacio de mayor libertad y democracia, para tratar de expandir gradualmente esos valores, los temerosos más bien deberían ser cuantos sátrapas aún existen a lo largo y ancho de este mundo. Un mundo, dicho sea de paso, cada vez más reducido gracias a las comunicaciones y cada vez más alejado, por tanto, de la ficción de Huxley, como bien afirmas.
Casi al final intervino Marzo, otro de los “blogers” a los que recomiendo leer en cada ocasión. Citó su acuerdo con Manel, a quien yo le recuerdo excesiva concisión, y secundó a Kantor sobre lo justo de la expresión ¡vaya liberal!, expresión en la que no insistiré por considerar aclarada mi postura. Marzo, y ahí me duele un poco, nos descalifica urbi e orbi a varios y ofrece un interrogante como argumento: "¿Qué narices tienen que ver un mercado común con un Estado universal?" Respuesta: Según y cómo sea ese Estado que nadie, por el momento, ha pedido universal. Creo, y espero no ser demasiado rotundo como hace Marzo, que el liberalismo no sólo es economía o sólo comercio.
Sin relación directa con los comentarios que ya he contestado, a continuación me permito escribir una pequeña reflexión para quien desee leerla:
En mi opinión de neófito, y aquí habla más el poco sentido común que uno pueda tener que el conocimiento de las teorías liberales, el hombre es ante todo un animal político que busca asociarse para crear el bienestar entre los suyos, primero, y luego entre los siguientes más próximos con los que comparte inquietudes. Y así sucesivamente. Por tanto, el ser humano actúa en la política siempre que puede y ensaya modos y maneras de satisfacer sus necesidades. Desde mi punto de vista, la opción política más eficaz es el liberalismo, pero una gran parte de la sociedad aún no la considera de tal modo o sólo la relaciona con el comercio. Luego el liberalismo debería de contar con una gran fuerza que le permitiese propagar sus ideas. Una de las características del “sujeto” liberal es su pasotismo (individualismo) respecto a colectivos bien organizados como puedan ser el socialismo, el comunismo o el nacionalismo. Ante “ismos” tan liberticidas, el liberalismo no tiene más remedio que asociarse si no quiere perecer. La propia Red Liberal sería un ejemplo de cuanto digo.
Pero si ampliamos la escala, el siguiente paso es contar con un partido fuerte que no le haga ascos al Estado. Estado mínimo, si se quiere, pero Estado. Se trata de llegar al poder para legislar y darle forma a las ideas liberales y derogar las que son liberticidas. Se trata de neutralizar mediante la Ley determinadas filosofías como las citadas anteriormente. Se trata, en definitiva, de expandir el área de nuestro pensamiento al objeto de contrarrestar cuanta consigna y dogma imperan en las sociedades europeas, comenzando por la española. Por eso es necesario poseer un referente, que en este caso sería la sociedad norteamericana. Por tal motivo parece razonable, al menos para mí, arrimarse a ellos a ver si se nos pega algo y si no hermosos nos volvemos más liberales. En fin, lo dejo aquí. Si no me canso del tema y si no me atizáis demasiado fuerte, quizá amplíe mi opinión. En cualquier caso pensad que yo también os quiero.
Publicado el 23 de enero de 2005
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