Galería de Cristal del palacio Madrileño de Cibeles, cuyas costosísimas reformas a cargo de los madrileñas dan una idea aproximada de la megalomanía de Gallardón. |
No se puede reprimir. Alberto Ruiz Gallardón, antiliberal de pro, ha vuelto a dar la espalda a Esperanza Aguirre, liberal de pro. Ruiz Gallardón no puede soportar que nadie le haga sombra, y mucho menos que tenga más apoyos que él, aunque sea en unas primarias populares y ante su lugarteniente Cobo. Por ello, va a hacer el vacío a Espe todas las veces que pueda y más. Por lo visto, el centro “integrador” con el que nos aleccionaba en el último congreso del Partido Popular consistía en integrar al sociata y marginar al liberal.
La periodista Carmen Martínez Castro nos ha dejado hoy en el diario ABC una espléndida perla perfectamente descriptiva sobre este submarino antiliberal del Partido Popular: “El inquieto alcalde de Madrid, admite cualquier etiqueta menos la de liberal. Su concepción un tanto faraónica de la gestión pública casa mucho mejor con la socialdemocracia populista que con el credo liberal que profesa su compañera de partido Esperanza Aguirre”. Continúa Carmen Martínez aludiendo al antiliberalismo gallardonil: tirar la casa por la ventana cuando le da por ello, la megalomanía, las futuribles olimpiadas del 2012… Nosotros, nadie se equivoque, deseamos que las Olimpiadas del 2012 se celebren en España, pero ello no quita para que una de sus seguras consecuencias sea el reforzamiento del antiliberalismo de Ruiz-Gallardón: lluvia de millones, neutralización de la oposición, manos libres para la organización de las olimpiadas, explotación del populismo deportivo… Conociendo al personaje, ¿acaso alguien duda de estas consecuencias?
Ayer se reunieron de nuevo Zetapé y Gallardón. Una pregunta surgía en el encuentro mantenido entre el Presidente del Gobierno y el Alcalde de Madrid: ¿Dónde estaba Esperanza Aguirre? Estos dos personajes supersectarios, el neoallendista (la última “solución habitacional” de su desatinada ministra de las chabolas es un trasunto calcado de la política de Salvador Allende) Rodríguez Frentepopulero y el megalómano Ruiz-Gallardón coinciden desde hace tiempo en una cosa: ningunear a Esperanza Aguirre. A eso se le llama “talante” zapateril e “integración” gallardonil: esta mujer liberal nos estorba… ¡Pues sí eso hacen con el liberalismo que representa Esperanza Aguirre y con la Comunidad Autónoma de Madrid, a la que representa su Presidenta, ¿qué no harían con un Presidente conservador o derechista puro? ¿Dónde el talante y la integración? Por favor, menos lecciones de democracia y más realidades; menos demagogia populista y más autenticidad, señores.
Autor: Smith
Publicado el 13 de abril de 2005
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