Hay noticias que le dejan a uno realmente sobrecogido. Hoy nos hemos enterado de que la Unidad de Urgencias de Cruces (Vizcaya), no admitió, la noche del martes, a un motorista herido en un accidente deportivo en Castro Urdiales.
Eduardo Castañondo, vecino de Oñates (Castro), a consecuencia de un accidente, sufrió un neumotórax y un traumatismo craneal. Los sanitarios de la DYA de Cantabria, que le atendieron y trasladaron, afirman que fue rechazado “por su procedencia”.
La noticia se comenta por sí sola. Los liberales no podemos estar orgullosos del grado de degeneración al que están llegando las cosas en España. ¿Para qué queremos la libre circulación de trabajadores y capitales por el mundo, si no conseguimos que a un herido grave de Cantabria le atiendan en Vizcaya como es debido, si está más cerca su localidad, de Bilbao que de Santander?
De verdad que este tipo de situaciones son desesperantes. Esperemos que las autoridades pertinentes tomen cartas en el asunto, para que el hecho no se vuelva a repetir. Aunque sea nadar contra corriente; contra la corriente del estado disolvente de José Luis Rodríguez Zapatero. Presidente de España, al que, todavía, no conocemos a dónde quiere llegar con su reformismo estatutario de claros tintes neorrepublicanos. Una pena, de verdad.
Autor: Smith
Publicado el 26 de mayo de 2005
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