Realmente hay que agradecer a Pascual Maragall que haya destapado la caja de Pandora sobre la corrupción a la que los dos partidos mayoritarios de Cataluña, CiU y PSC, hacían condenado a la vida política catalana. A decir verdad, el espectáculo ofrecido la semana pasada en el Parlament fue bananero y tercermundista. Cruces de acusaciones sobre corruptelas de envergaduras aún no mensurables y retracto final para que el sistema no quedara dañado. Daba la impresión de que estos partidos políticos que, parece, capitalizaban el seny y la democracia cristiana (CiU) o el progreso y el socialismo (PSC), en el fondo no eran sino los dos motores de un podrido sistema bipartidista, por lo menos en cuanto al ejercicio del poder se refiere, al peor estilo de la Restauración.
De lo visto, oído y leído, cabe deducir que la corrupción era el verdadero modus vivendi de toda esta tropa que viene monopolizando el Poder en Cataluña desde el aterrizaje de otro gran "mago" de las finanzas, Tarradellas.
Primero fue lo del 3 por ciento. Luego, el 20 por ciento. Pero es que ahora, ésto. Con estos antecedentes, y mal que les pese a algunos, ¿alguien duda de que esta primavera va a ser movidita?
Autor: Smith
Publicado el 2 de marzo de 2005
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