Carod dice que Bono representa la España del pasado, lo afirma como una crítica al ministro y a su discurso el día de la patrona de Infantería. Por su parte, Josep Bargalló, también de ERC y Conseller en cap, habla al dictado de su amo y asegura que Bono representa la España cerrada, la del pasado, mientras que Zapatero tiende a la España abierta y de futuro". Artur Mas, de CiU, se expresa de forma similar y todos juntos exteriorizan el berrinche ante las declaraciones de Bono, un político populista y con no pocos defectos de quien, aun así, no me importaría nada que fuese el presidente del Gobierno en lugar de Zapatero.
Llegará el día, si Dios no lo remedia, en el que las generaciones futuras de pequeños estados enfrentados, todos ibéricos, evoquen con nostalgia aquella España que fue en los albores del siglo XXI. Benavente dijo que los recuerdos tienen más poesía que las esperanzas. Y que las ruinas son mucho más poéticas que los planos de un edificio en proyecto. Pero si la ruina de España comenzase en el XXI, espero que los responsables queden bien marcados para la Historia, aunque esa historia se haya escrito de 17 formas distintas, una por comunidad.
Mientras tanto, mientras la Historia le asigna a cada cual el sobrenombre que le haga justicia, no sé si va siendo hora de que a los políticos contemporáneos comencemos a llamarlos por su nombre. No me refiero al nombre de pila o a los apellidos, que en el caso de Carod ni se conocen bien ni será fácil que muestre su certificado de nacimiento. Aludo aquí a esos adjetivos que definen el comportamiento. De modo que si jugásemos a darles apodos a los políticos, respecto a Zapatero aún no lo tendríamos demasiado claro, podría ser el talantudo, el sonrisitas o... directamente el inútil.
Pero en cuanto a Carod-Rovira, ese personaje que presenta en el Parlamento catalán su proyecto de reforma del Estatuto y lo denomina: CONSTITUCIÓN DEL ESTADO LIBRE DE CATALUÑA , no hay duda de que pasará a la historia como el infame Carod o Carod el traidor. Quizá se le conozca también como el judas Carod o Carod el desleal. En cualquier caso, la seguridad es absoluta respecto a que el apodo que acompañe a Carod mostrará siempre la idea de su traición a España, de su inmoral felonía. De él y de sus cómplices.
Artículo publicado el 10 de diciembre de 2004
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