Adoctrinar, atemorizar y militarizar

Cuando venimos diciendo que el régimen venezolano de Hugo Chávez es un régimen en franca vía hacia el socialismo, estilo Salvador Allende en Chile (1973) o Casares Quiroga en España (1936), es por algo. Los hechos nos vienen dando día a día la razón.

Según el diario ABC, Hugo Chávez se dispone ahora a formar un ejército de dos millones de milicianos, que actuarán en paralelo a la Fuerza Armada Nacional.

La noticia tiene su importancia porque, querámoslo ver o no, se confirma que Venezuela está siendo arrastrada hacia un pozo sin fondo: el caudillismo chavista. Un caudillismo de corte neomarxista que, en el caso de la nueva milicia socialista paralela a las FFAA venezolanas se concreta en que ésta se va a formar bajo el mando del general Julio Quintero Vitoria, quien actúa bajo las órdenes directas del mandamás venezolano y que será el comandante de la reserva militar y movilización, esperando alistar al 10 por ciento de la población entre 18 y 50 años. Ahí es nada.

Aníbal Romero ha señalado que "en el fondo, la intención del decreto es adoctrinar, atemorizar y militarizar a la población civil, siguiendo el modelo cubano, para acabar con la paz y la democracia". Ahora que con motivo del fallecimiento de Juan Pablo II, tanto se le ha criticado que actuó firmemente contra la teología de la liberación, ocultando que este movimiento era una pieza más en el engranaje de la revolución socialista en Iberoamérica, Romero nos da una lección, a la par que un aviso para navegantes: "los países que vendan armas a Chávez deben pensar que serán para enfrentamientos entre venezolanos". No sean malpensados y excluyan aquí a los inteligentes cerebros que rodean a Zapatero, capaces de vender armas defensivas y fragatas sin capacidad de disparo.

A ver quién pone ahora el cascabelal gato. Con la oposición amordazada, la libertad de expresión cercenada, la demagogia antiestadounidense, como doctrina oficial, el petropopulismo como fórmula de financiación y el socialismo del siglo XXI como meta final, se perfila un futuro más que interesante para cualquier analista de ciclos históricos. El que se abre es ciertamente "apasionante". Sobre todo para los que lo vemos desde fuera. El venezolanito medio, ya sabe lo que le toca: coger el fusil y luchar por la Patria.

Autor: Smith

Publicado el 9 de abril de 2005