Nos hemos quedado de piedra cuando hemos leído al presidente boliviano, Carlos Mesa, situarse políticamente "a la izquierda del centro". Mesa dice compartir tan emocionante espectro político junto al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, o el argentino Néstor Kirchner. Todo un honor.
Pero, ¿realmente podemos compartir que esta nueva hornada de populistas antiamericanos, de demagogos sin base y de mandatarios que no van a resolver ni uno solo de los profundos problemas económicos y sociales por los que atraviesan sus respectivas naciones hispanoamericanas son unos políticos situados a la "izquierda del centro", o sea, de centro-izquierda? ¿Qué hay a la izquierda del centro, señores? ¡Pues izquierda! Y ¿qué hay a la derecha del centro? Pues derecha.
La demagogia... ese arte sin par del que nuestro ministro de Defensa podrá dar clases cuando se jubile en cualquier master de la Internacional Socialista. Ahí está el "centroizquierdista" Néstor Kirchner, imitando al Allende más marxista que hubo: agrediendo de manera impresentable a las multinacionales: "Hagamos una causa: no le compremos nada a Shell, ni una lata de aceite. Que se den cuenta de que los argentinos no soportamos más el alza de precios", declaró el Mandatario transoceánico. ¡Muy bien, sí señor! A ver quién es ahora la inversora que se atreve a aparecer por la Pampa para ofrecer sus productos. A ver quién resarce a la compañía multinacional anglo-holandesa, que ha perdido el 70% de sus ventas en Argentina; a ver qué es lo que están pensando las cabezas rectoras de Telefónica y el BSCH, no vaya a ser que luego, a pesar de las sonrisitas de Talantitos, a Néstor le venga otra; a ver cómo va a fomentar Nestor la competencia petrolífera en Argentina, si las empresas no tienen la más mínima seguridad administrativa...
A "la izquierda del centro"... Ese debe ser el sitio en el que ha colocado Zetapé a nuestro Jefe del Estado, quien, al igual que los demagogos centroizquierdistas hispanoamericanos no ha tenido mayor problema en recibir a Felipe Pérez Roque, ministro de Exteriores de la dictadura castrista. Otro desatino más de la política exterior de Moratinos. En ésto, hay que decir que también seguimos directrices neoallendistas. Por cierto, jefes de Estado, presidentes de Gobierno, ministros, etc., pasan, y el mismo tirano permanece, cual matusalén caribeño. ¿Por qué será?
Autor: Smith
Publicado el 14 de marzo de 2005
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