martes, 21 de noviembre de 2017

La toma de Gibraltar


Zapatero no sólo es débil de espíritu, incompetente y hueco, sino que la capacidad de diálogo y el talante de los que tanto presume no son más que pura palabrería contenta estúpidos. Ni 100 días ni gaitas, este pájaro ha cometido ya los suficientes desaciertos, algunos morrocotudos, como para que empiece a recibir su merecido.

Uno de los primeros en aplicarle un directo a la mandíbula a nuestro Presidente, y no disfruto en absoluto con que haya sido así por cuanto representa a mi patria (otra cosa bien distinta será el día que sólo personifique a una de las 17 astillas en la que va a transformar el leño o tronco común), es el que le ha propinado Tony Blair, personaje que se supone ideológicamente cercano, al despacharle en una hora y pico y cancelar la cena que debía volver a reunir al mandatario británico con el tal Rodríguez Siseñor no se sabe de donde, porque lo de español no acaba de tenerlo claro. En el Reino Unido le ha pasado exactamente lo mismo que en Marruecos, ha vuelto con las manos vacías, no le han dejado ni hablar y encima le han comido el coco. 

El presidente Rodríguez, apellido que ha perdido en combate a base de arrojarle puñaos de paja a los nacionalistas (y con ellos aún ha sido agresivo, puesto que con Maragall se defiende utilizando munición etiquetada como sahumerios masivos, si hubiese tenido lo que hay que tener, talento, debería haber preparado a fondo su viaje a Londres, con un buen dossier que incluyese en el capítulo primero el tema de Gibraltar. Pero en lugar de eso, allí se habló sólo de lo que le interesaba a Blair y ZP se limitó a escuchar, como hace en toda circunstancia, y a decir en la rueda de prensa posterior que él será un factor de integración. Naturalmente, no aclaró si se refería a la integración de Gibraltar en la Corona británica, porque lo que es en España nimijita.

Y es que los británicos, ya se sabe, llevan engañándonos desde los tiempos de Felipe V, cuando usurparon el peñón mediante una jugada doblemente traicionera, con nocturnidad (agravante de cualquier delito), y en nombre del candidato a la corona de España (coartada a la par delictiva) que los anglo-holandeses, manu militari, aseguraban que era nuestro rey legítimo. La toma de la Roca es, sin exageración alguna, una de esas fechorías históricas que claman al cielo y que hasta que no se resuelva mantendrá a la potencia colonizadora como paradigma de nación insidiosa.

Por supuesto que ZP no tendría que habérselo dicho así a Tony Blair, desde luego Bono si lo hubiese hecho (y además llamándole gilipollas a la cara y amenazándole con la cabra de la Legión). Pero existen métodos sutiles que podrían haberse puesto en práctica si el ministro de Exteriores Moratinos, el de la alergia a currar (que me supongo que de ahí le viene lo de Curro), no fuese otro inútil como quien le nombró. Quizá lo ideal, por ejemplo, es que Curro le hubiese comentado algo así a su Jefe: Zeta, aquí te dejo esta carpetilla y en un momento en que el británico mire para otro lado haces como que te la olvidas encima del piano.

ZP reaccionó espantado y emitió uno de esos gestos que le impulsan siempre a abrir los ojos como platos y a enganchar las cejas en la lámpara del techo, que aunque es de bronce la tiene rayada de tanta contrariedad que recibe. Pero en este caso, ante la propuesta de su hombre de Exteriores, lo más probable es que exclamase: ¡Hombre, Curro, no me pongas en un compromiso! ¿A ver, qué hay ahí? Nada complicado, José Luis, ya sabes que yo no te doy disgustos como otros. Es un sencillo plan para hacernos con Gibraltar

¡Qué dices, eso está bien, veamos el plan! -El talantudo abrió la carpetilla y leyó el siguiente texto:

PLAN PARA LA RECUPERACIÓN DE GIBRALTAR (Alto secreto)

Fase 1.- El procedimiento es bien fácil. Aprovechamos una de las innumerables guerras que los ingleses secundan a los americanos -que al fin y al cabo el oportunismo es algo que aprendimos de la Gran Bretaña- y, mientras mantienen a lo mejor de su ejército alejado de la zona, basta con enviar una bandera de la Legión que coloque nuestra enseña en lo alto de la Roca. Así se les obligará a negociar en serio su devolución.

Fase 2.- Como los ingleses y los yankees nos amenazarán con represalias si no soltamos de inmediato el peñón -cuidado con las amenazas yankees, que no son moco de pavo-, nos retiramos tan tranquilos, armando un follón tremendo en la prensa internacional, en el que nos secundarán franceses, alemanes y rusos (amigos íntimos de los USA), y acto seguido creamos una brigada dedicada en exclusiva a invadir Gibraltar una o dos veces al año, según sople el viento. De ese modo, los británicos y los americanos, hartos de nosotros, de nuestros incordios y de los insultos de más de media Europa, que en cada ocasión les zurrarán la badana, acabarán por ceder.

¡Sí señor, tiene buena pinta, me gusta este informe! -exclamó entusiasmado ZP- ¿Dónde has dicho que debo olvidarlo, encima del piano? -Moratinos afirmó con un gesto.

Bueno, pues ahora ya sabemos por qué Tony Blair le ha dado la patada a Rodríguez el de los puñaos de paja, porque el tío es tan torpe que apenas saludó al Premier soltó la carpetilla en el primer piano que vio. Y claro, pasada poco más de media hora, el británico ya tenía en su poder la traducción, así como las sugerencias del MI-6 acerca del documento olvidado. Sugerencias que podrían resumirse en una frase: "Tony, si este impresentable que te visita quiere cenar, como parece, dile que aquí no invitamos a gorrones. ¡Que coja la puerta!"

Artículo publicado el 5 de junio de 2004

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