Zapatero se aterroriza cada vez que visita Barcelona y se coloca delante de Maragall en un mitin político. ¿Qué sabrá el tipejo del PSC sobre el acceso al poder de ZP? Porque este hombre hueco, o Huecombre, que ahora nos preside no parece que le dé demasiada importancia al poder ya que lo va regalando. Y no sólo el poder, también la ideología. Ahora resulta que le ha obsequiado a Maragall algo que es patrimonio del Estado, o sea, de España. Se trata nada menos que del castillo de Montjuic, emplazamiento de un magnífico museo militar que se convertirá en diossabequé. ZP hace dejación del patrimonio, se lo ofrece a su colega y además le sugiere que sería una buena idea construir en el recinto del castillo un monumento a Companys, ese golpista presidente de la Generalidad que, desde su filiación a Esquerra Republicana, proclamó el Estado catalán y fomentó, como traidor a España, la insurrección de Cataluña en octubre del 34. Lo dicho, ¿por dónde lo tendrá cogido el tripartítico?
Artículo publicado el 11 de junio de 2004
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