Hace unos días inserté en otra bitácora de Red Liberal, llamada Mierda en España un pequeño comentario sobre la denominada burbuja inmobiliaria. El comentario ha dado hasta el momento 40 respuestas, pero salvo un par o tres de ellas, que confirman mis sospechas, las demás se han ido por los cerros de Úbeda. Incluyendo 4 o 5 intervenciones mías que respondían a barbaridades o trataban de poner un poco de orden.
Hoy me entero a través de Libertad Digital que acaba de ser presentado un anteproyecto de ley del suelo en el País Vasco que contempla la posibilidad de expropiar las viviendas si llevan más de un año desocupadas. Y yo me pregunto: ¿Se habrán dado cuenta Madrazo (consejero comunista coaligado con el PNV) y compañía que muchos vascos, aunque sigan empadronados en su tierra, no viven ya allí? ¿Querrán los nacionalistas y sus satélites, por el procedimiento de la amenaza de expropiación, que los desafectos al régimen vendan y se marchen definitivamente? Quizá, de ese modo, al carecer de una propiedad que ahora consta como su domicilio, el vasco poco asilvestrado al nacionalismo no tenga más remedio que empadronarse en otra tierra, donde realmente vive, y ya no pueda votar aunque sea por correo contra el PNV y similares.
De ser cierto que se quiere limpiar de empadronados incómodos el territorio de Euskadi y tender un puente de plata en forma de extorsión a determinados colectivos vascos, contra los que poco o nada pueden hacer puesto que tienen montada la vida en tierra normalizada, estos nacionalistas totalitarios que mandan, valga la redundancia, al parecer han proyectado acudir al método final de expulsarles maquiavélicamente por la vía del apremio y la amenaza. No les basta con que el País Vasco haya perdido población en los últimos 10 años, simplemente, como nazis que son, quieren quedarse solos o en compañía de sumisos.
En Cataluña, sin ir más lejos en la cuestión diferencial, la gestión de los nacionalismos saliente y entrante ofrecen otros síntomas. Uno de los más destacados podría ser la deslocalización de empresas multinacionales y el consiguiente desempleo que provoca, como demuestra el hecho de que el paro haya descendido durante el mes de junio en toda España menos en Cataluña, donde ha aumentado. No les ha valido ni ese Forum derrochón empleando gente a mansalva ni la contratación, con cargo a los impuestos de todos los españoles, de unas cuantas docenas de empresas dedicadas a las actividades lúdicas. Los empleados del Forum, mano sobre mano, han resultado ruinosos para unas instalaciones con escaso público e invitados poco animados a presentarse, como por ejemplo el Dalai Lama, que ante la perspectiva de verse casi solo junto al mar, él que más bien es de secano, alegó que le dolía el pelo para no acudir.
Claro que como estos socialistas son muy cucos, y se ven venir que pasado el verano el paro será noticia mensual, por lo abundoso, ya han decidido acometerlo a base de nacionalizaciones. Sí, digo bien, nacionalizaciones. Montilla, el hombre del Tripartito en el Gobierno de España, nos anuncia que piensa renacionalizar determinadas actividades. Naturalmente, pretende comenzar por lo que da pasta y se decanta por las eléctricas y el gas. Además, como favor personal a su patrón Maragall, Montilla se llevará a Barcelona una de la comisiones guays (Energía, Telecomunicaciones o Defensa de la Competencia), de esas que producen copiosos puestos de trabajo y de calidad contrastada.
Artículo publicado el 3 de julio de 2004
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