Uno podría escribir sobre el magnífico resultado obtenido por el presidente Bush, pero hoy sólo anotaré que me lo estoy pasando en grande con los comentarios de esos mercenarios de la progresía que aseguran, descaradamente y atendiendo a la consigna lanzada por rencor González en El País (€), que las recientes elecciones han polarizado al pueblo americano y que esa gran nación comienza a fracturarse. Qué más quisiera esa caterva de resentidos que es la izquierda en España, que no española, llegar a ver unos cuantos estados americanos enzarzados entre sí, como ocurre aquí entre ciertos gobiernos autonómicos o entre éstos y el Gobierno de la Nación. Qué no darían igualmente estos miserables antiyankees por ver a los republicanos y a los demócratas lanzándose insultos a todas horas, como sucede en España entre los nacionalistas y quienes no lo son.
Pero deberán esperar sentados los que apetecen el mal para los americanos, porque a diferencia de los progres de este lado del Atlántico, en USA no existe ningún partido que pretenda llegar a toda costa al poder y además crea que es el único al que le asiste la legitimidad para gobernar. Allí es inconcebible que una formación política, dos años antes de unas elecciones, se lance semanalmente a las calles, pancarta en mano y con cualquier excusa, y entre otras atrocidades llame asesino a quien les preside o a los miembros del partido de la mayoría. ¡Ya les gustaría, ya, que en USA ocurriese todo al modo socialista, comunista o nacionalista! Pero como no pasa así ni de lejos, ni es probable que suceda, el eslogan que ahora dirigen a los borregos que les secundan, esa patulea de gente tan irreflexiva como encauzada de pensamiento, se quiere dar a entender que por culpa de Bush ha comenzado la descomposición del Imperio americano, de ahí que hayan escogido la siguiente consigna: América se halla polarizada, palabras textuales de rencor González.
Está más claro que el agua, como también se ha dicho a menudo estos días, que el sombrío y estrafalario mundo anti USA no tiene arreglo y prefiere confundir sus deseos sectarios con la realidad, unos deseos que la progresía manifiesta arrojando veneno y maledicencias hacia los americanos o hacia cuantos no comulgan con los métodos de la Secta. Pero lo que no acaban de comprender estos amantes del anti sistema y del todo vale, ni creo que les importe demasiado, es que ellos mismos aparecen estigmatizados por su propia inmoralidad y cada vez se les tienen más calados los defectos y se les nota más el disfraz con que se envuelven.
Un disfraz que a la izquierda le impide acceder a la decencia y reconocer, en este caso, la voluntad democrática de los EEUU, un pueblo realmente soberano hace tantos y tantos años que una vez más ha demostrado su buen ojo clínico para no escoger al más blandito de los candidatos, aunque muy distante a ZP -que aún es peor-, y ha preferido decantarse por una persona sin complejos a la hora de combatir el terror islamista, tercer lado oscuro de la fuerza tras el nazismo y el comunismo, enemigos de la Humanidad ya abatidos que el pueblo americano puede anotarse en su haber de libertadores.
Artículo publicado el 6 de noviembre de 2004
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