Batiburrilleando el 8 de agosto

Al PP le falta un portavoz que no actúe a la gallega. No porque los gallegos no lo hagan bien, al contrario, su proverbial indefinición no deja de ser una virtud política ante la izquierda pendenciera y ultramontana. Pero ese portavoz que se echa de menos en los populares, al que debería acompañarle capacidad para la andanada argumental que machacase tanto incumplimiento y cobardía de los ZarraPastrosos, aún no lo vemos por ninguna parte. Haberlo quizá lo haya, pero no en el horizonte que uno contempla. De modo, don Mariano, que póngase las pilas, busque a fondo, encuentre a un portavoz o portavoza y comiencen ustedes a trabajar, porque los socialistas han cometido ya muchas fechorías y es más que necesario darles la caña que se merecen para que no se vayan de rositas y puños cerrados. 

OTRO SÍ. Estos días se habla mucho, o se rebuzna, sobre la compulsiva subida del petróleo. También hay quien apunta soluciones (grupo uno) y quien busca culpables (grupo dos). En el grupo uno nos encontramos con esa estupenda señora que es Loyola de Palacio, quien nos dice a las claras, ¡ole tus huevos!, que la energía nuclear no engorda. ¡Lagarto, lagarto!, respondería un verdiprogre desde su ONG destinada al rescate del chinche fétido. Los rebuznos nos llegan del grupo dos, que son esos listillos o listines que han decidido por su cuenta que el PP, puesto que Aznar se hizo una foto en las Azores, tiene la culpa de que la gasolina no tarde en alcanzar el precio del aceite de oliva virgen, primera prensada. Los listines, eso sí, con su talantín de moda omiten toda una pentalogía de datos en la actual crisis energética:

a) La apabullante ineptitud creada en Venezuela por el socialfascista Chavez, tan amigo de los progres hispanos, para extraer y exportar el crudo que en ese país les sale hasta de las orejas. Un amigo, el chaveta, al que no le molesta demasiado regalárselo al tirano Castro a cambio de tecnología punta y manuales a todo color y en papel estucado sobre Cómo oprimir a un pueblo.

b) Las enormes pegas de otro corrupto-socialista (en Argentina, menuda guasa, se le llama justicialista), que ha creado nuevos impuestos a la exportación petrolera y tiene a los de Repsol-YPF que echan las muelas porque no les sale a cuenta hacernos llegar unos litritos.

c) La probada incapacidad del excomunista Putin para poner orden en la madre Rusia a todas las sociedades de todos los ex KGBs que se dedican a lo largo y ancho de este mundo a exportar crudos y contaminar las costas con su chapapote.

d) La desenfrenada carrera industrial y comercial que los chinos, importadores de energía a pensión completa, han emprendido en la última década para demostrarnos que ellos sólo tienen de comunista el método de acceso al poder, pero que en todo lo demás quieren ser tan liberales como los USA o los nipones, a quienes ya han absorbido buena parte de las fábricas, deslocalizándolas (¡por Dios, qué palabro!) de sus sedes en América o Japón.

e) Por si todo ello fuese poco, y teniendo en cuenta que estos social-pusilánimes que ahora nos gobiernan en España han decidido regalarle al moro de la morería el Sahara Occidental y ex español, en cuyos desiertos todo apunta a que hay reservas petrolíferas para construir varios millones de fuerabordas y sus correspondientes pateras bien plastificadas, no sería nada extraño que Argelia, nuestro principal suministrador de gas natural y tutor del Frente Polisario, decidiera darle a la llave un par de vueltas a la derecha, dirección en la que suele cerrarse, de paso, más de una planta productora de electricidad de las denominadas de ciclo combinado.

Como podemos ver, sin extendernos demasiado en la majadería de ciertos gobernantes, España va camino de hacer el papel de bobo en esta parodia del abastecimiento energético. Eso sí, la culpa es del PP. 

OTRO SÍ. ETA pone dos bombas de la señorita Pepis en sendas localidades turísticas de Cantabria y Asturias para celebrar, probablemente, que unos cuantos consejeros del Gobierno vasco fueron en romería a rendirle tributo al terrorista intelectual excarcelado que dirigía Egunkaria, ese diario filoetarra que con sus artículos enardeciendo el delito patriótico hacía llorar de emoción a Mister Spock (adviértase la K) y a la rizitos de EA. Los muchachos de la banda, tras tomarse unos potes de más en la celebración de la puesta en liberta física del ideólogo nazi (la mental es a cadena perpetua), formaron dos grupos y apostaron a ver quién tardaba menos en robar un coche, pasarse por el zulo, coger algún petardo de poco riesgo para conductores ebrios y hacerlo explosionar en zona de veraneantes. Ganaba quien llegase más lejos y volviese antes de las 12 del mediodía, que es cuando la delincuencia etarra, a pleno sol, se acartona y se vuelve ceniza como los dráculas de las películas serie B. Así que, mediante un luego volvemos, consejero, los dos comandos de descerebrados se echaron a la noche y decidieron hacerse los valientes. Valientes infames. Valientes cómplices. Valientes nazis todos ellos.

Artículo publicado el 8 de agosto de 2004