Falta menos de un mes para las elecciones autonómicas y locales y no estaría de más comenzar despacito a replantearse el voto. Por mi parte lo tengo bastante claro respecto a un partido: Las listas del PSOE como si no existieran. Trataré de razonar mi postura con algunos datos:
En primer lugar, porque ese partido ha consentido la permanencia en el poder de un presidente del Gobierno que se ha comportado invariablemente como un mal bicho, reviviendo a tope las dos Españas de Machado mediante todo tipo de ataques a los valores más preciados de nuestra sociedad. También ha arruinando la economía y creado cinco millones de parias que, según él, cuando reciben un cursillo de formación que no sirve para nada y está destinado exclusivamente a sacarlos de las listas del INEM, entonces ya no son desempleados sino que “están formándose y trabajando para su país”. ¡Desvergüenza a gran escala, podría llamarse a semejante actitud canallesca!
Además, por conveniencia política y en busca del apoyo parlamentario que le faltaba, Zapatero se ha arrodillado numerosas veces ante los nacionalistas, hasta el punto de consentir que en Cataluña (hoy una región casi perdida para España) se centuplique el independentismo basado en el odio más irracional y la falsedad. Todo lo dicho, y mucho más que podría añadir, es obra de un individuo que jamás debió llegar a tan alto cargo, lo cual sucedió de la forma más irregular posible (11-M), y, lo que es mucho más grave, tal comportamiento ha sido admitido y jaleado durante siete años por sus correligionarios y simpatizantes, muchos de ellos enriquecidos o subvencionados por Zapatero como consecuencia de leyes arbitrarias y/o despóticas.
En segundo lugar, el PSOE cuenta actualmente con dos vicepresidentes del Gobierno sobre los que recae la certeza moral de hallarse incursos en actos delictivos. De existir una Justicia independiente (hoy corrompida igualmente por el poder a través de la Fiscalía del Estado), Rubalcaba debería de haber sido juzgado ya por 'alta traición' y colaboración con banda armada. Y ello como consecuencia del chivatazo a los etarras en el bar Faisán. Sin descartar que probablemente fuese el propio Zapatero quien autorizara la operación delictiva.
Un asunto, el del Caso Faisán, que se remonta a mayo de 2006 y del que el ministro de Interior ha venido librándose gracias al encubrimiento inicial del juez Garzón (por el que éste también debería de ser juzgado), que tuvo retenido el sumario durante años, y posteriormente gracias a la ayuda de la fiscalía política, que ha venido poniendo cuantas pegas ha podido, así como al engaño sistemático de una mafia policial (muy minoritaria y procedente del 11-M) al servicio del poder. El otro vicepresidente ya sabemos quién es: En Andalucía dejó un reguero de corrupción y nepotismo que supera los 700 millones de euros, buena parte destinada a la financiación del partido o a untar amigotes y sindicatos.
Bien, pues estos dos delincuentes no dejan de recibir a diario el apoyo entusiasta del partido, hasta el punto de que uno de ellos, el más infame e intrigante, parece que sea el socialista ideal para sustituir al tarado que aún manda, porque solamente desde la mentalidad de un tarado psíquico es posible desplegar tanta maldad y rencor. Y respecto a Chaves, es curioso que lo mínimo que dicen los socialistas de él es que se trata de un hombre honrado. A lo que Bono añade que "a Manuel Chaves le están haciendo sufrir como algunos lo intentaron conmigo y con mi familia, pero finalmente los tribunales acaban poniendo a cada uno en su sitio, aunque a veces tardan más de la cuenta". Así es, el multimillonario Bono está tardando más de la cuenta en justificar su patrimonio o en dar con sus huesos en prisión, destino sobradamente merecido por los que practican el enriquecimiento ilícito y continuado sirviéndose de sus cargos públicos.
Y si de las comunidades autónomas o ayuntamientos en manos del PSOE habláramos, aparte de ese Aragón donde el cónyuge de la candidata del PSOE está pringado hasta las cejas, bastaría con señalar que las tres regiones más pobres de España: Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha, así como muchos de sus municipios, son las que han soportado la servidumbre de un saqueo socialista que no ha cesado en 30 años. Sí, hay que castigar al PSOE en cualquier lugar que presente listas electorales, es lo menos que merecen sus candidatos, unos por sinvergüenzas y otros por indolentes.
Autor: Policronio
Publicado el 26 de abril de 2011
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