Cuando gobernaba el socialismo no decían ni pío, pero ahora que gobierna la derecha además de pedir empleo quieren que sea de calidad. Está claro, sindicalistas liberados y... desahogados. |
Uno de los
efectos perversos de lo que se ha venido en llamar “calentamiento climático
global y por el cambio tal y tal”, que lo mismo vale para explicar una inundación
a destiempo que un helarse de frío a mediados de febrero, es que las
manifestaciones del 1 de mayo de cada año, de gloria proletaria, pillan a los
liberados sindicales, los únicos afiliados a la cosa, ya fuera en la playa o en
la montaña y no en el tajo del asfalto, clamando contra la banca, la gran
patronal, el Opus Dei y el trío de las Azores que eran cuatro.
Así es que ya
pueden ustedes imaginar la asistencia a los saraos que
los pollos estos nos han organizado, haciendo coincidir el evento con
el Domingo de Carnaval. Claro, que lo mismo lo han hecho por tal motivo, para que seamos incapaces de distinguirlos de
las máscaras y entren todos en el conteo de asistentes: cachondos y devoradores
de marisco, última mutación del homo sindicalis.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 19 de febrero de 2012
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