Lo leo y todavía no lo creo. Un diputado, el socialista don Luis López,
conjugando el verbo dimitir en primera persona singular. Uséase: yo dimito. Y
si ya la noticia es espectacular todavía más sorprendente es la razón aducida
para justificar tan insólita novedad, pues aduce don Luis “no sentirse útil”,
“estar incómodo e, incluso, “lleno de remordimientos”.
López tal vez no
sea un gran técnico, pero ha demostrado que al menos de coherencia, honestidad
y responsabilidad va sobrado, cualidades todas ellas harto infrecuentes y que
si bien a bote pronto pueden no arreglar nada son, indudablemente, un buen
punto de partida para todo. Y con tanto zote como hay suelto yo me quedo con
López, que de zote tiene lo justo, ¡qué quieren que les diga!
Autor: Rafael Guerra
Publicado el 31 de marzo de 2012
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