lunes, 24 de diciembre de 2018

El cafre-artículo de la semana



Ando con el cerebro un tanto obnubilado, pues una duda a la cual no encuentro fácil solución ha conseguido atenazar hasta límites insospechados mis ya de por  maltrechas conexiones neuronales. Les pongo en antecedentes, pues la historia tiene su enjundia.

Causante de mi desdicha ha sido la idea –que en su momento me pareció una buena idea– de rebuscar en la cosa del internés el artículo de opinión más cafre de la semana para tributarle al correspondiente articulista merecido y público reconocimiento por su encomiable labor. Y así, buscando por aquí, buscando por allá, he encontrado un artículo de una tal Mercè Rivas digno de optar con toda justicia al premio, aunque tan sólo fuese por la aberrante contradicción que encierra su encabezamiento: “Sí a la vida, al aborto y a la dignidad”.

Convendrán conmigo –o no– en que pretender erigirse en defensor de la vida al tiempo que se defiende el derecho al asesinato –así lo dice la Rivas, tal cual: derecho– constituye un oxímoron de marca mayor, al igual que de marca mayor es la argumentación con la que intenta la obstinada articulista convencernos de las bondades de su propuesta. Parece ser que quienes digamos “sí a la vida” y al tiempo estemos en contra del aborto hacemos alarde de “un gran cinismo” al “quererse apropiar de una afirmación que todos compartimos”, pues existen “razones económicas, psicológicas, sociales o de salud” que privan a la vida de cualquier clase de dignidad: si los “Al Capone” no queremos ejercer el derecho a cargarnos a quien decidamos según libre albedrío allá nosotros, que ya los seguidores de la tesis de Rivas mandarán al otro barrio a quien buenamente les apetezca. Es su derecho. Tal vez Hitler, Stalin o Pol Pot cuando masacraron a diestro y siniestro también estuviesen ejerciendo un derecho.

Mientras cavilaba sobre tan dementes aseveraciones, encontré en ese inagotable filón de hediondez llamado “El Plural” un artículo de esta semana del siempre convenientemente exacerbado Enrique (ahora Enric) Sopena titulado en ingeniosa rima consonante “¡Mariano, Mariano, que no llegas al verano!”, en el que tras esgrimir en referencia a las elecciones andaluzas que “los votos son los votos y lo demás cuentos chinos”, desmiente en pocas líneas como quién no quiere la cosa tan enfervorizada declaración de amor a la democracia. Resulta que los votos de hace una semana son los que valen; los de noviembre han perdido toda su vigencia porque a Rajoy el día 29 “se le echó encima el conjunto de la izquierda y de muchísimos ciudadanos y ciudadanas” –obsérvese la distinción, inconsciente o no, entre “izquierda” por un lado y “ciudadanía” por el otro–. Y es que como “la gente por lo general” –“la buena gente”, matiza Sopena– está en contra de las políticas de Rajoy, da Sopena por buenas algunas pancartas exhibidas con la leyenda que da título al cafre-artículo, hasta el punto de, olvidados sus apasionamientos demócratas de siete párrafos más arriba, lanzar una severa advertencia al presidente: “¡Ojo, Sr. Rajoy, que el tiempo pasa volando!”

Finalizado tan apasionante y necesario interludio, retomo el tema de la duda que no me deja vivir. Bien es verdad que el artículo de Rivas –sí a la vida matando a placer– es de lejos el artículo más cafre de la semana. Pero tan cafre es que incluso podría ser descalificado por ventajista y abusón. Además el artículo de Sopena –democracia de los votos o de las algaradas callejeras según interese, con el extra para nada despreciable de la dicotomía entre izquierda y ciudadanos– sin llegar a tales niveles de excelencia es un ejercicio cafre de categoría suprema. Así que no sé a cuál de los dos artículos distinguir como “Cafre-artículo de la semana”, con lo que dejo a la particular preferencia de cada uno de ustedes la decisión mientras yo me voy a dormir, que ya son horas.

Autor: Rafael Guerra
Publicado el 1 de abril de 2012

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