viernes, 7 de diciembre de 2018

Fútbol Club Generalitat


Me hago cruces ante el hecho de que una turbamulta de... [póngase el término que se desee, eso sí, de fascistas para arriba] haya decidido cercar durante horas, con total impunidad, nada menos que el Parlamento de Cataluña, maltratando, agrediendo e insultando a muchos de sus componentes, hasta el extremo de que unos cuantos de ellos (los que no han llegado en helicóptero) han acabado embadurnados de pintura roja. El asunto es, desde luego, de lo más serio, puesto que acudían al pleno donde debía decidirse la aprobación de los presupuestos para 2012. Claro que hubiera sido igual de serio en la mayoría de los casos a tratar por los diputados catalanes. Y digo mayoría, porque entre col y col también discuten sobre ilegalidades, por ejemplo, cómo ocultar la bandera española en los edificios públicos catalanes. Etc.


Proximidades del Parlamento de Cataluña.

De acuerdo en que ese parlamento lleva varios lustros muy distanciado en algunas cuestiones del sentir de la población, o buena parte de ella, pero lo cierto es que hubo elecciones no hace mucho y sus diputados representan, al menos en teoría, la voluntad democrática de los catalanes. Luego aquí nos encontramos con la actuación legal de unos parlamentarios elegidos por el pueblo frente a un amplio grupo de energúmenos de los que ni siquiera se sabe lo que pretenden, salvo tocar las narices y hacer todo el daño posible a la estabilidad institucional. 

La policía autonómica frente a los desaprensivos, no hay más que verles la pinta.

No es menos clamoroso, de otro lado, la flagrante pasividad de una policía autonómica ante las puertas del parque de la Ciudadela (o por mejor decir, de su jefe político), que sí actuó con la máxima contundencia cuando en Barcelona se celebraba el triunfo de la Selección Nacional de fútbol, y eran muchos miles más que los que ahora se sitúan ante el 'Parlament'. Claro que la alegría desbordante en toda Barcelona (de hecho, en toda Cataluña) ante el triunfo de España debió sentarle a cuerno quemado al nacional-comunista Saura, entonces jefe de los 'gossos', y a su tripartítico colega Carod-Rovira, de ahí la actuación sin freno contra los españoles: no podía permitirse que manifestaran su alegría. A Montilla ni me molesto en citarlo, su condición de cero a la izquierda en ese 'Govern' fue manifiesta. 

Y si de actuaciones contundentes a cargo de los 'Mossos d'Esquadra' hablamos, que alguien recuerde el reciente desalojo de la plaza de Cataluña en vísperas de otro partido de fútbol: Barcelona-Mánchester. Y también eran muchos más que los actuales indignados del 'Parque'. A ver si los catalanes van a tener que cambiarle el nombre a las instituciones para dotarse de algún valor y decidirse a establecer de una vez el orden público. Sugiero que comiencen por el siguiente nombre: Fútbol Club Generalitat, puesto que sólo saben ordenar el uso de la firmeza policial cuando hay partido de por medio. Eso sí, no es preciso el uso de tanta violencia como en las dos ocasiones futboleras. Huelga decir (y si no lo digo reviento) que Rubalcaba, el amo de Interior y el 'vicetodo', debe estar cachondeándose de su colega catalán.

Autor: Policronio
Publicado el 15 de junio de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.