El caradura de Garzón se erigió a sí mismo en juez supremo de la "Justicia Universal" |
Estarán al tanto
mis queridos y abandonados lectores de la costumbre inveterada de los
comentaristas deportivos hispanoamericanos de nombrar a los futbolistas por su
mote. Costumbre, por cierto, felizmente importada por los nuestros y que las
más de las veces ayuda a sobrellevar tanto tostón, menos cuando juega el Barça, que nos tiene mal acostumbrados tanto
José “llorón” Mouriño que anda suelto.
El “Tarzán”
Migueli, “conejo” Saviola, “pelusa” Maradona, “tiburón” Puyol, “el dulce”
Iniesta, etc. forman parte de nuestro vocabulario habitual futbolístico, como
el “que feliz me hace la extensión de los derechos sociales” viene impreso de
fábrica en el mal hablar de nuestra pijiprogresía patria, habituada a ser
extraordinariamente generosa con el dinero ajeno, claro.
Como también me
supongo que estarán al tanto de la afición del mal bicho a vestirse de corto en
esos partidos contra la droga, digo yo que se refiere a la importada,
amenizados habitualmente con un buen whisky y mejor ginebra. Porque un partido
de fútbol que se precie no sería lo mismo, aunque sea uno de solteros contra
casados, sin el acompañamiento de una buena dosis de la bebida habitual.
Así es que voy a
ser generoso, regalando a nuestros amigos futboleros un buen mote para la
ocasión: y con el diez, ¡¡Baltasar “Pinochet” Garzón!! De nada.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 12 de febrero de 2012
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