Creíamos, esperábamos, confiábamos… Es casi irritante escuchar a altos cargos políticos expresarse en tales términos. Dice la ministra de Economía, Elena Salgado, que no creían que la crisis iba a ser tan severa. Pues con un endeudamiento de empresas y familias que supera tres veces el PIB, con un endeudamiento externo neto de los españoles de 800.000 millones de euros, con un déficit exterior crónico, con una inmigración descontrolada y con 17 parlamentos con capacidad de gasto y endeudamiento, por no extenderme en otros parámetros, no sé qué pensaban lo que iba a ser la crisis. Pero lo grave es que a ésta situación no se llega en dos días. Y primero no la evitan y, después, reaccionan con la misma rapidez que si estuvieran en una maratón de berberechos.
O lo que es peor, sí saben que hacer, hasta empiezan a darse cuenta de dónde está el problema. Relataba Jesús Cacho en su artículo en el Confidencial del último domingo, cómo ZP había hecho una confidencia a un interlocutor del grupo de los 100 economistas, con los que se reunió con motivo de hablar sobre la reforma laboral: “estos sindicatos son la maldición de España”. O sea, que se percatan de muchas más cosas de las que después reconocen en público. Como se sabe, asimismo, que los 17 parlamentos, auténticos feudos de poder político regional, de nacionalismo y de caciquismo, son inviables económicamente. Pero la ideología y las servidumbres populistas del partido les impiden actuar con rapidez en la dirección correcta.
Autor: Bucan (Firmas invitadas)
Publicado el 23 de junio de 2010
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