jueves, 22 de noviembre de 2018

Reflexiones durante la huelga general


Hoy, día 29 de septiembre de 2010, los ‘constructivos’ sindicatos ‘españoles’ han impuesto la huelga general. Son las 12 horas y escribo este comentario con desconocimiento del resultado de la misma.

El PDF recibido de un contertulio mío, Tomás, que titula tortilladepatatas,  me ha movido a reflejar mis sentimientos no ya sobre la huelga general, sino sobre la situación general que vive mi patria y la civilización que la acoge: Occidente. Espero que quien no esté de acuerdo con ello, no se incomode demasiado contra mí. Es lo que siento y con mucho gusto admito que se rebata mi opinión.

Tomás, en su PDF, que es la modificación o actualización de uno anterior, refleja las disposiciones de Dios al crear el mundo. Os ruego que previamente lo leáis y que luego sigáis con mi comentario al mismo:


Discrepo con lo apócrifamente dispuesto por Dios, Nuestro Señor, Omnipotente y Misericordioso, en el PDF de Tomás, puesto que creo cierto el refrán tantas veces por mí recordado: “Toda colectividad es fiel reflejo de quien la dirige”.

Ello da lugar a mostrar la oposición existente entre las palabras de Dios (NS, O y M) y la realidad pues, acreditado está que Rajoy, sin llegar a la estupidez de Zapatero, no por ello deja de ser un tonto, aunque con ventaja para Zapatero, del que es muy cierta la calificación de “majadero” que le aplicó el presidente de las Cajas de Ahorros, creo.

Por tanto, si Rajoy es tonto, los de su Partido, que forman parte de la misma colectividad, también son tontos, aunque en diferentes gradaciones.

Deseo hacer constar que, desde su creación (como AP) hasta la fecha, en todas las elecciones siempre les he votado. Pero claro, sin el menor entusiasmo político. De la misma forma que, si pudiera, un enfermo elegiría entre una pulmonía y un sarcoma.

De los socialistas, ocioso es hablar. Hoy, grupos de ellos estarán en la calle ejerciendo en cuadrilla de matones (cualquier otra denominación es un eufemismo). De matones cobardes, claro está, pues atacan en masa a ciudadanos pacíficos e indefensos. 

Otro gallo cantaría si temieran encontrarse con quien pudiera responder en forma adecuada a su violencia. Recordemos al asesino Guirao, que flemáticamente, todo seguro de sí mismo, dio muerte a un médico sevillano, pero que pocos minutos después, al verse rodeado por la Policía (con mayúscula), se defecó y orinó sobre sí mismo, y luego siguió llorando y gritando ante el temor de recibir el mismo trato que, en forma sádica y cruel, había dado él a su víctima.

Este Régimen ha envilecido al pueblo español, entregando el dominio de la calle a unos matones cobardes y convirtiendo al resto de los ciudadanos en medrosas gallinas, no menos cobardes. Aunque sospecho que ya hemos llegado al límite y que pronto, pronto, esos matones y sus protectores, encontrarán un “Justiciero”.

Desde luego que no estamos en condiciones iguales a 1936. Pero sí en sus prolegómenos.  A este Régimen que ahora oprime a los españoles se le podría aplicar sin gran dificultad la frase atribuida a Luis XIV de Francia: “Después de mí el Diluvio”. Si bien los tiempos del rey Sol fueron miel sobre hojuelas comparado con lo que ahora tenemos y lo que nos espera.

Perdonarme lo machacón que soy (cosas de la edad), pero es que he redactado unos cuantos escritos en términos semejantes al presente, además de leer otros muchos análogos, y siempre han supuesto “Voces que claman en el desierto”.

¿Acaso no se advierte que con paso firme e inexorable se cierne sobre Europa la desaparición de la Civilización Occidental y de la Cristiandad, a la que debemos nuestra existencia?

El ataque más virulento se ha iniciado en España, favorecido por la TRAICIÓN y la acción de los pseudosocialistas, que de socialistas nada tienen: ¿Qué diablos estuvieron haciendo por el Báltico el señor Toxo y su señora?

Todos esos traidores, sean socialistas o no lo sean, no tienen otra pretensión que la de enriquecerse (basta leer los periódicos para cerciorarse de ello) y, cuando lo consigan, huir a USA. Sí, a la nación capitalista por excelencia, para disfrutar allí de sus ‘honestas’ expoliaciones.

La Civilización Occidental y Cristiana está a punto de naufragar y los que han dado lugar a ello, todos, todos, cualquiera que sea el puesto que ocupan y el partido en el que militen, huirán, llevándose el botín más rico posible al lugar donde está luciendo el Sol con más intensidad, es decir, el Dinero.

Y cuando, consumada la Traición, residiendo en sus ricas mansiones de América o en el espléndido palacio de Inglaterra, se les pregunte sobre España, responderán:

¿De que me está V. hablando? No le entiendo. No sé a qué se refiere”.

Autor: Rogelio Latorre Silva
Publicado el 29 de septiembre de 2010

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