Sé que los consabidos nacionalistas más o menos confesos volverán a la carga con acusaciones semejantes: obsesión enfermiza […] sobre “la nación catalana” o describirán mi comportamiento de este modo: […] se dedica a destruirla de forma vil como si del peor enemigo se tratara”. No me importa en absoluto, se trata de acusaciones que casi son de agradecer por cuanto me demuestran que voy por el buen camino: la reivindicación de la libertad y la justicia para cualquier ciudadano catalán y por lo tanto español.
Así que hoy no me resisto a traer a Batiburrillo las declaraciones que recoge el diario ABC, bajo el título “¡Mamá, si me dejaran estudiar en castellano sería más lista!”. Declaraciones en las que una señora madrileña, residente en Cataluña al haberse casado con un señor catalán, pide simplemente que “se acate la ley”.
Que se acate la ley en Cataluña es lo que muchos llevamos pidiendo durante bastante tiempo y es lo que, al decir de los nacionalistas, nos ha creado una “obsesión enfermiza”. ¡Bendita enfermedad la que mantiene vivo e inalterable el amor a la libertad y el deseo de luchar dialécticamente contra todo régimen despótico! ¿Qué tengo yo que ganar metiéndome en estos charcos de una región en la que ni siquiera vivo? Nada, absolutamente nada. Las denuncias en este blog sobre esas situaciones avasalladoras en Cataluña (y en cualquier otra zona de España o del planeta) son totalmente desinteresadas y expuestas lo más objetivamente posible (a pesar de mis muchas limitaciones) aun a sabiendas de que voy a ser denigrado una y otra vez.
Lo que ocurre, amigos, es que mi instinto a favor de la libertad es mucho más fuerte (o así lo creo yo) que cualquier grado de comodidad que suponga olvidarme de los nacionalismos o de la crítica política en general. En mi caso no cuenta para nada el “paso de todo”, de ahí que me sea imposible reprimirme a la hora de llamar liberticida a quien se comporta como tal. ¡Anda que no viviría tranquilo si apretara una simple tecla y Batiburrillo quedase paralizado! Bien, pues creo que no se dará el caso, son ya muchos los amigos que se han interesado en este blog, hasta el punto de contar con 2,4 millones de páginas vistas, y ellos no merecen que uno apueste por la actitud indolente aun cuando ésta sea bien confortable. Es decir, Batiburrillo será antiliberticida o no será.
Autor: Policronio
Publicado el 9 de febrero de 2011
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