Un individuo asesina a dos personas y malhiere a otra, a diez mil kilómetros de Madrid y, salvo honrosas excepciones, todos los periódicos, televisiones y radios, de esta maltrecha Nación saben al dedillo quien es el inductor de ello, inductora en este caso, el móvil y demás componentes criminológicos del suceso. Y si no ha sido el tea party, que Dios haga que lo sea. Por collons.
Sin embargo, casi se llevan por delante a un consejero autonómico del PP, a cuatrocientos kilómetros de la Capital del Reino, tres individuos que los conoce hasta el Tato, y aquí ni dios dice ni pío al respecto de quién puede haber sido, cuando es blanco y en botella que ha sido la ultraizquierda barriobajera que tan bien le viene al gobierno, para crear la tensión necesaria, con el fin de movilizar el voto más radical y antisistema.
Siempre ha sido así y no van a cambiar ahora, cuando el batacazo electoral es más que previsible, con las peores consecuencias que nos podamos imaginar, para todos estos despreciables sujetos, que vienen viviendo de la teta del estado, desde que tienen uso de razón.
Pero claro, a ver quién se atreve a señalar a los cuatro frentepopulistas de siempre.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 16 de enero de 2011
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