Eslovaquia es un pequeño estado centroeuropeo de algo más de 5 millones de habitantes, con un 10% de su población de origen húngaro, país este, Hungría, con el que nunca se ha entendido demasiado bien y con el que se ha llevado fatal en los últimos cuatro años. El tamaño de Eslovaquia es parecido al de Extremadura, si bien bastante más montañoso, con unos montes Cárpatos que ocupan más de la mitad de su territorio, y con una densidad de población unas tres veces mayor.
La República eslovaca, cuya capital es la llamativa Bratislava (Imagen), pertenece a la UE desde 2004 y accedió al euro en 2009. El socialista Robert Fico ha presidido el gobierno desde el 4 de julio de 2006, y a partir de las elecciones de este fin de semana no lo tendrá nada fácil para seguir gobernando, puesto que la oposición, un conjunto de seis partidos de centro derecha (donde los liberales han superado el 12% de los votos), ha logrado la mayoría de escaños y deberá acceder al poder a poco que se pongan de acuerdo.
¿Qué razones van a conducir a los socialistas eslovacos al banquillo? Veamos cuáles son las que ofrece el cronista del diario El País:
"El mandato de Robert Fico se ha caracterizado por el recorte de la libertad de expresión y de prensa, que ha derivado en que los periodistas se enfrenten a procesos judiciales por criticar al Gobierno.
Otros factores decisivos fueron la crisis económica y la corrupción política, con la que se ha visto salpicada Fico, quien en la víspera de los comicios fue inculpado de haber hecho un pacto para recibir financiación ilegal para sus socialdemócratas por 3 millones de euros.
Los analistas creen que un Gobierno de centroderecha podría recortar el enorme déficit de deuda, reformar el sistema de pensiones, reducir el gasto gubernamental para consolidar las finanzas y la corrupción, mejorar la tensa relación con Hungría y sacar de la recesión a Eslovaquia, el miembro más reciente de la eurozona, en la que entró en 2009, y el más pobre, con un desempleo del 15,1% y una deuda pública equivalente al 35,7% del PIB".
Como es posible deducir, amigos de Batiburrillo, nada nuevo bajo el sol cuando de gobiernos socialistas hablamos. Frases como “déficit y deuda”, “crisis económica”, “corrupción política”, “arbitrariedades judiciales”, “intentos de censura”, “financiación ilegal”… forman parte del enrarecido ambiente que siempre crean. De donde se deduce, o al menos yo lo deduzco así, que a la larga el socialismo es siempre incompatible con la libertad y el bienestar de los ciudadanos, sea de una país moderno, como es el caso de Eslovaquia, sea de una nación milenaria, título que sin duda alguna corresponde aplicarle a España. Luego a más socialismo, menos bienestar (excepto para unos pocos), y en nuestro caso, además, mucho menos España como consecuencia de las nacioncitas de diseño.
Autor: Policronio
Publicado el 13 de junio de 2010
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