martes, 6 de noviembre de 2018

Esto no es Grecia

Tierra quemada: Herencia socialista.

Es peor. El miércoles, con una cara de muerto que no se la salta un ídem, el presidente Rodríguez, ZP antes de su degradación, anunciaba un recorte ridículo en el salario de los funcionarios estatales y más ridículo aún en el de los restantes funcionarios de las diversas administraciones públicas que nos contemplan. A los autonómicos, por ejemplo, sólo les afecta en sus retribuciones básicas, bien magras, por cierto, en comparación con los diversos complementos asignados a los distintos puestos. O sea, una chonchá.

Al mismo tiempo, modificando unilateralmente y a traición el contrato de seguro que le ata a los pensionistas, congela las preceptivas actualizaciones de las pensiones, dando un soberbio disgusto a más de siete millones de ciudadanos, que también soportaron a Franco, mientras trabajaban, eso sí, no como los innúmeros jefes de la Falange, a la sazón progenitores de más de la mitad de toda esta pijiprogresía que nos lleva directos al abismo. Por mucho menos, Madoff está en la puta cárcel.

Y sin olvidarnos del disgusto que el gachó le dio a los fabricantes de pañales y a las pocas mujeres que se atreven a parir, entre el gozo de los fabricantes de condones, con la supresión del cheque-bebe, de a dos mil quinientos euros del ala.

Como decía, todo ello el miércoles, con la promesa de que el viernes, por ayer, en Consejo de Ministros se pondría negro sobre blanco en formato de Real Decreto Ley y directo al BOE.

Fue tanta la expectación que creó el asunto, que ayer, ávido de emociones fuertes, me puse frente al televisor a horas inopinadas, con la conciencia de que iba a asistir a un momento histórico. Que decepción. De recortes, nada de nada, ni siquiera de la Vogue repitió trapito, que a los seiscientos sesenta y seis asesores de Rodríguez no les dio tiempo de redactar el bodrio. La bolsa se pegó el batacazo, claro, por esa inquina que nos tienen los malditos especuladores, siempre con prisas. 

El lunes, meto todo mi dinero debajo de la baldosa. Porque,  efectivamente, esto no es Grecia, es peor: Argentina.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 15 de mayo de 2010

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