lunes, 5 de noviembre de 2018

Economía para lelos y políticos


No hace falta ser un genio ni entender mucho de economía para deducir del gráfico adjunto que Alemania y España llevaban caminos muy diferentes. O algo iba mal en Alemania o algo iba mal en España, dada la divergencia de esas curvas que se observan entre ambos países. Por desgracia para nosotros, lo que iba mal afectaba a España. Y eso que en teoría, en el periodo de mayor separación en los índices, 2004 a 2007, era la época dorada de la euforia del ladrillo. 

El gráfico puede ser tomado como una fotografía que refleja cómo se gestó la crisis en ESPAÑA, es decir, de cómo la crisis económica era una crisis anunciada. Es más, era una crisis trabajada. Se muestra el gráfico del Balance por Cuenta Corriente en % de PIB, donde se advierte la diferencia, por decirlo resumidamente, entre los ingresos y gastos de un país. Como se observa, en España los gastos han sido crónicamente superior a los ingresos, pero es a partir del año 2003-2004 cuando los gastos comienzan a ser MUY SUPERIORES a los ingresos, en contraposición a Alemania. Y esa diferencia negativa, esos gastos, se sustentaban gracias al enorme endeudamiento de empresas y familias, que así podían hacer frente a la subida del 10% anual del precio del metro cuadrado y del kilo de concejal.

Ese endeudamiento de empresas y familias era alimentado por las Cajas primero y al poco por los Bancos, que les seguían aguas a las Cajas so pena de quedarse sin clientes, nutriéndose de 'combustible' en el mercado de capitales de Frankfurt para alimentar el fuego. En el año 2007, mientras aquí festejaban que estábamos en la Champion League, el déficit de la Balanza era impresionante. No es pues extraño que ahora, la deuda exterior neta de los españoles sea del orden de los 800.000 millones de euros, algo aberrante para un país que se endeuda en una moneda que no es propia, que no puede devaluar en caso extremo. Actualmente, muy cerrado el grifo del crédito privado, son las Administraciones públicas las que han tomado el relevo en el endeudamiento.

Lo mejor de todo es que los datos los conocían periódicamente el Banco de España y el Gobierno, limitándose éste a acusar de antipatriotas a los que advertían de lo que se avecinaba. En realidad, un gráfico tan ilustrativo y otros similares deberían ser de obligada exposición pública en la entrada de las entidades financieras, por ejemplo. Así el público tendría una imagen sencilla de cómo van las cosas, no siempre acorde con lo que cuentan en los telediarios. Claro que, mejor no, porque se correría el riesgo de que a unos cuantos les diera por llevarse el dinero y meterlo debajo del colchón.

Autor: Bucan (Firmas invitadas)
Publicado el 7 de mayo de 2010

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