jueves, 15 de noviembre de 2018

Debate de la noción de Estado


El Debate del Estado de la Nación comenzó como siempre: llega ZP al estrado, saca un montón de folios y se pone a leerlos. Parrafada tras parrafada, que ni se sabe quién las habrá escrito. Total, tanto leer folios, cuando hubiera bastado decir que estamos igual que hace un año, pero peor. Tenemos prácticamente el mismo sobreendeudamiento de empresas y familias, la misma deuda exterior neta de 800.000 millones de euros y un déficit presupuestario que hace crecer el endeudamiento público a toda pastilla. Pero no, para evitar reconocer esto, tenía que leer el porrillón de hojas. Y a continuación, todos los demás portavoces leer las suyas. Y después, intercambiarse los mismos argumentos escuchados año tras año. En definitiva, que el Debate del Estado de la Nación es más pesado que un collar de melones.

En realidad, el Debate del Estado de la Nación debería ser el Debate de la Noción de Estado. Porque si no se clarifica lo que es el Estado, de poco sirve dar la murga en esas soporíferas reuniones. La principal función del Estado es asegurar que todos los ciudadanos son iguales ante la Ley y que la Ley es igual para todos. En una sociedad democrática, el Estado es la dictadura de la Ley, por decirlo de algún modo descriptivo. El Estado ha de proteger al ciudadano de los excesos a que tiende el poder de las instituciones y de los partidos. Y para ello, el Poder Judicial ha de ser único e independiente. Mal se compagina todo esto con la existencia de nacionalismos, caciquismos y poderes autonómicos que anhelan tener un poder judicial independiente, como ahora es el caso de los nacionalistas catalanes. Y mal se compagina la idea del Estado democrático con el mercadeo de las competencias del Estado que se realizan en el Parlamento.

En cuanto a Rajoy, lo más destacable es que pidiera elecciones anticipadas, y que le aclarase a ZP que: “…no se confunda con los afanes electorales que me atribuye. Lo que a mí me conviene es que usted agote la legislatura en ese asiento. No le quepa duda. Lo que ocurre es que no hablamos de lo que me conviene a mí, sino a los españoles”. Esto es claro. Cuanto más tiempo esté ZP en el poder, el General Crisis y los nacionalismos devastarán aún más a España y más se descalabrará el PSOE. Lo que sucede es que acabaremos descalabrados todos. Porque mientras decidimos cuantas naciones somos, qué identidades tenemos y rebuscamos los derechos históricos de cada cual, los intereses de la deuda privada y pública no dejan de correr. No paran nunca. 

Autor: Bucan (Firmas invitadas)
Publicado el 15 de julio de 2010

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