Zapatero y el cubano Raúl Castro. |
Desde Ginebra, Zapatero habla de abolir la pena de muerte en el mundo mientras sus huestes aprueban el aborto libre en el Senado y luego montan una juerga para celebrarlo. En la sede suiza de la ONU, el presidente de media España y verdugo moral de la otra media, comenta que ‘Nadie tiene derecho a arrebatar la vida de otro ser humano, absolutamente nadie’, pero al mismo tiempo se muestra incapaz de condenar esa tortura y ejecución de presos políticos que sistemáticamente se produce en Cuba. Esto, señores, es el socialismo de nuestro tiempo: pura hipocresía destinada a la propaganda y el partidismo. Hoy, acomplejado ante las numerosas críticas recibidas, Zapatero lamenta y exige, pero no condena. Al más puro estilo de los cómplices batasunos.
Definitivamente, no hay socialista influido por el régimen zapaterino que no practique la canallada de la doble moral. Por eso creo que con ser tremenda la crisis económica que se vive en España, más agudizada en nuestro país a causa de otra especialidad del socialismo: el robo y derroche de lo que no es suyo, es bastante mayor y mucho menos aceptable la crisis de valores que esta pandilla de desalmados ha logrado inocularnos. Nada hay para ellos que merezca respeto, de ahí que lleven años subvencionando a cuanto inmoral tiene la ocurrencia de atacar los valores tradicionales que con tanto esfuerzo hemos heredado de nuestros mayores.
Como conclusión a lo antedicho, creo firmemente que hasta que Zapatero no deje la política y de añadidura el PSOE no desaparezca como un partido con opciones de gobierno, seguiremos de mal en peor hasta llegar a la desesperanza generalizada, circunstancia en la que podría producirse la violencia suficiente, si se quiere restringida a ciertos ámbitos, para llevarnos definitivamente a la debacle. Y eso es así, porque habrá un momento en que el pueblo querrá deshacerse en las urnas de esta casta de gobernantes tan infames, pero o bien no podrá lograrlo en mucho tiempo o bien será algo que no resultará nada fácil.
La razón de esa dificultad, a mi juicio, es que los zapaterinos forman ya un tumor muy extendido, a punto de metástasis, que se reúnen en cuadrillas subvencionadas y son capaces de usar cualquier método para no ser desalojados del poder y del plato de lentejas. El déficit del Estado correspondiente al año 2009 ha alcanzado los 100.000 millones de euros, que se dice pronto, y buena parte de ese dinero ha ido destinado a las siguientes células cancerígenas: Cejateros, sindicalistas, feminazis, sandíos, etc., con especial incidencia en determinados medios de comunicación. Son gente que en la mayoría de los casos carece de preparación, muchos de ellos no han trabajado en su vida (salvo para el partido) y verían con auténtico horror tener que comenzar de cero a los cuarenta o cincuenta años.
Sí, son gente que antes de aceptar ganarse la vida con decencia no dudaría en diseñar otro 11-M y usarlo como trampolín para asaltar las calles y acoquinar a la sociedad. Y aun así, serán desalojados.
Autor: Policronio
Publicado el 25 de febrero de 2010
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