ZP y el Gorila rojo. |
Hemos tenido que esperar a que el juez Velasco ponga negro sobre blanco la colaboración entre terroristas etarras y narco-comunistas bajo los auspicios del chavismo para que más de uno hiciera al menos como que se caía del guindo. Que la ETA y las FARC se sustentan mutuamente, tal y como han hecho siempre los terrorismos de carácter marxista-leninista de todo el mundo, no debería sorprender a nadie a estas alturas. Y que obtienen, no sólo el amparo, sino incluso la cooperación activa de regímenes liberticidas, antioccidentales y en sí mismos terroristas como los de Cuba o, en este caso, Venezuela, tampoco. ¿O es que nos hemos enterado ahora, por ejemplo, de que precisamente uno de los etarras acusados por la Audiencia Nacional forma parte del Gobierno de Chávez nada menos que desde 2005? ¿Qué mayor prueba de connivencia puede haber?
Menos mal que Zapatero, indignado y tronante, se ha encargado de poner en apuros a su fiel aliado Chávez al declarar que se encuentra 'a la espera' de obtener explicaciones. Es más: Ese Metternich español que responde al nombre de Moratinos se atrevió a dar una nueva vuelta de tuerca al expresar su deseo de 'trabajar' con Venezuela para aclarar la situación. Vamos, que si es necesario, y ahora que se utiliza tanto la expresión, 'arrimaremos el hombro' con quienes albergan, protegen y adiestran a nuestros peores enemigos. Porque, en virtud de la nefasta política de alianzas de nuestro Gobierno en el panorama internacional, los amigos de nuestros enemigos son en realidad también nuestros amigos.
Ante tan enérgica demostración de firmeza diplomática, no es de extrañar que el Gorila no haya tardado en reaccionar... soltando la típica y estúpida monserga anticolonialista y tomando a España por el pito del sereno. Ponderados argumentos que parecen contentar a Moratinos. Además de los ideológicos y los económicos, ¿qué otros intereses mueven al Gobierno de Zapatero a humillarse impúdicamente ante un reconocido Estado 'gamberro', con el consiguiente y nuevo perjuicio para la imagen de España en el exterior, ya de por sí gravemente deteriorada? ¿Tan poderosos son como para incluso permitir que, aún en contra de nuestra propia seguridad, el chavismo continúe alimentando de manera impune a la bestia etarra?
Autor: Pedro Moya
Publicado el 4 de marzo de 2010
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