Los nazis catalanes, tan abundantes ellos, tan antidemócratas, tan conculcadores de la ley cuando ésta no les interesa y tan lloricas y amenazantes si se ven venir que una cierta equidad puede perjudicarles el chollo, acaban de recibir un doble varapalo de la Unión Europea en el tema de la TV3, una cadena de televisión, con tres canales a cual más rancio y propagandista, que ha venido siendo la punta de lanza del adoctrinamiento nazi en la región catalana y del expansionismo imperialista —Els Països Catalans— en la Comunidad Valenciana, Baleares y parte de Aragón.
Estos días, con motivo del chantaje a pachas sobre el Tribunal Constitucional entre ZetaParo —hoy otros 60.593 desempleados más— y los medios desinformativos catalanes —burdos esbirros de esa casta política que orina con total incontinencia en el charco amarillo—, he leído no pocos comentarios en Internet, de gente más que harta de tanto nazi opresor, que apostaba por dejarles el campo libre a los separatistas y ofrecerles un bello puente de plata para que Cataluña declarase la independencia y nos dejaran en paz a los españoles. Craso error, ¡vive Dios!, porque algo así, por muy destinado que sea a que vivamos tranquilos, no se daría jamás si se considera que tras ofrecerles gratis un gran bocado de carnaza, la región catalana, esos mismos nazis expansionistas apetecerían de inmediato sus regiones limítrofes y las asaltarían a dentelladas. Y si de un modo u otro el asunto tal vez acabe en Guerra Civil abierta —ahora sólo se encuentra larvada—, al menos que algunos tomen nota de lo que puede costarnos.
Por eso me parece tan destacable la noticia procedente de la Comisión Europea, donde la comisaria de Sociedad de la Información y Medios, Viviane Reding, ha estimado que la “cadena española TV3” —“española”, primer varapalo— no tiene porqué emitir en regiones como la valenciana —segundo varapalo—. Si se considera, además, que en esto de la TV3 los nazis catalanes llegaron hasta la UE porque no les gustaron las sentencias en su contra que se dieron en España —las cuales se limitaron a ignorar, como en el caso del idioma— y que nunca aceptaron la reciprocidad para que el Canal 9 pudiese emitir en Cataluña, es evidente que ahora han quedado con el culo al aire puesto que ha sido un organismo supranacional el que les ha señalado la puerta de salida a sus instintos carroñeros. Ahora bien, me temo que tampoco acatarán lo que diga la UE, porque la única solución aplicable a los nazis es una buena fumigación de DDT. Y es que con los nazis, sean históricos sean contemporáneos, nunca han servido los paños calientes.
Texto: El Corregidor (Firmas invitadas)
Publicado el 2 de diciembre de 2009
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