sábado, 27 de octubre de 2018

La Roja desprecia el mérito

Víctor Valdés
O sea, que en esta España a punto de dejar de ser católica, por los siglos de los siglos, todavía es un mérito que a uno le llamen San Íker. Nación de meapilas.

En la España de Zapatero, que no es España ni es nada, todavía se salvaba La Roja, como símbolo y aglutinador de ciertos anhelos de grandeza, en medio de la crisis institucional que nos asola, crisis moral que nos envilece y crisis económica que nos arruina.

Sólo La Roja fue capaz de hacer de la Bandera de España un símbolo, a exhibir sin vergüenza por estos indeseables que no han dudado en bendecir la puesta de la Nación en almoneda y que para referirse a ella no han tenido por menos que inventar vocablos, a cada cual más obsceno y despreciable, con tal de no pronunciar su bendito nombre.

Y sí Luis Aragonés fue capaz de olvidarse de una vez por todas de los tuercebotas con apariencia de futbolistas, para conjuntar una selección con los mejores, capaz de destrozar el mal fario de los cruces de cuartos, para terminar su trabajo, haciendo morder el polvo a los orgullosos alemanes, me da que a Vicente del Bosque le abruma la existencia de tantos jugadores españoles de calidad más que contrastada, enrocándose en posiciones conservadoras, que recuerdan demasiado al “más vale lo bueno conocido”.

Ya digo, Íker Casillas fue el mejor portero de España y del mundo. Pero ahora el mejor lo es Víctor Valdés. Ganador del último trofeo Zamora en una de las ligas más goleadoras del mundo, y en camino de reeditarlo, es el portero titular indiscutible del mejor equipo de fútbol de la historia. El único que ha sido capaz de ganar todos los títulos en disputa en un solo año, convenciendo a los más irreductibles de que el espectáculo no está reñido con el triunfo incontestable.

Sin embargo, en lo que se refiere a La Roja, de nada le vale al bueno de Valdés  lucir todos esos méritos. Esta semana hemos asistido al espectáculo de la discusión sobre quién debe ser el tercer portero de la selección, con aquel como protagonista, lo que equivale en el ámbito de lo político, a una hipotética discusión sobre si Fernando VII es el mejor gobernante de la historia de España, en disputa con Zapatero, dejando a los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II, Carlos III, Cánovas o José María Aznar en disputa de las migajas del tercer puesto.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 7 de febrero de 2010

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