Los datos oficiales de la EPA ofrecen un porcentaje de parados que se incrementa nada menos que en 802.800 personas durante el primer trimestre del año 2009, alcanzando una cifra total de 4.010.700 desempleados. La alarmante cifra, no por sospechada hace tiempo y comentada a menudo, deja de ser espantosa y precisamente produce, contra la propaganda gubernamental de que no disminuirán las prestaciones sociales, una indefensión generalizada que sin duda alguna clama al Cielo. Porque si hay algún bien social éste es el empleo. Y quien lo destruye de tal modo no deja de practicar el terrorismo administrativo, por fuerte que suene.
Los cuatro millones de personas sin trabajo, que según ciertos analistas de prestigio pueden llegar a ser hasta seis millones (una tasa de 30%), e incluso hay quien eleva la cifra hasta los 7 millones en 2010, mueven a pensar que nos hallamos ante un gobierno de incapaces con rabia, cuya desidia roza la delincuencia a la hora de impulsar medidas de choque contra semejante lacra social. Luego la pregunta sería esta: ¿Nos hallamos ante un gobierno de delincuentes?
La respuesta debería sopesarse a partir de ciertos datos conocidos: El reparto tan alegre de dinero que el gobierno zapaterino no cesa de adjudicarle a los sectarios de la ceja —sedicentes artistas e intelectuales—, a los sindicatos amigos —USO ha sido marginado— y, con descarado capricho, a ciertas comunidades que el socialismo en el poder quiere cuidar con algún esmero, relegando con alevosía a otras regiones, tanto en la financiación como en las infraestructuras. Y claro, la malversación de los fondos públicos —recordemos que malversar es gastar indebidamente— que todos hemos aportamos en su momento, si no es directamente un delito es lo que más se le parece.
Zapatero debe irse de inmediato a su casa y ser sustituido por alguien que presida un gobierno de concentración —el adjetivo adecuado sería de “salvación”—. De lo contrario, mientras unos pocos amigos de ZP siguen enriqueciéndose, el conjunto de los españoles acabaremos perdiendo nuestra patria además de nuestro bienestar. Un bienestar en buena parte ya dilapidado como consecuencia de la mala cabeza de quien lleva cinco años castigándonos con sus arbitrariedades. Si eres consciente de esta situación, comienza por negarle el voto al PSOE en las siguientes elecciones, las europeas.
Autor: Policronio
Publicado el 24 de abril de 2009
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