Detrás de un gran farsante hay siempre un gran egoísta. He aquí una frase rotunda perfectamente aplicable a esos dos fulanos, los directores de La Vanguardia y El Periódico, que con la aquiescencia de sus respectivos amos, o tal vez la iniciativa, parieron el editorial conjunto con el que la prensa catalana ha logrado superar el porcentaje de adhesión al régimen nacionalista alcanzado en el Parlamento de Cataluña. Es decir, los periódicos han “conquistado” la unanimidad.
Lo que ocurre es que el interés en permanecer aferrados a la subvención, tan pródiga con la prensa en la antidemocrática Cataluña —de hecho, es posible hablar con fundamento de periodistas funcionarios—, es imposible que les otorgue a los editorialistas algo distinto a la condición de auténticos vendidos. Cosa que no es de extrañar en unos medios de comunicación regionales, cuyo exponente más significado sigue siendo La Vanguardia, que acarrea a sus espaldas más de un siglo de ejercicio al servicio del Poder.
Mañana, si hubiese un cambio de régimen y en Cataluña se alcanzara finalmente la libertad, desconocida hasta el presente —o incluso una dictadura de signo opuesto a la de hoy—, no cabría ninguna duda de que el panfleto del conde de Godó le ofrecería sus páginas de bienvenida y lo haría, además, con el mayor de los desparpajos. Para muestra la imagen de cabecera. Mientras tanto, por supuesto, todos los Godos catalanes se agarrarán hasta el último minuto al que pague y mande. Pulsa aquí y no dejes de fijarte en la fecha si quieres ver otra imagen aún más descarada de periodismo de pesebre.
Texto: El Corregidor (Firmas invitadas)
Publicado el 27 de noviembre de 2009
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