"Si hay una modificación de lo que dijo la soberanía popular, yo creo que sería un hecho de una gravedad extraordinaria porque nadie en democracia está capacitado ni tiene legitimidad para modificar una decisión que es el resultado de la soberanía popular". Exacto, solamente que la soberanía popular se expresó con toda claridad en la Constitución española. De modo que no hay que ser demasiado perspicaz para advertir que un referéndum regional en Cataluña, para más señas de muy escasa participación y solo con un tercio a favor —en cualquier parte del mundo se hubiera necesitado una mayoría cualificada de votantes para darlo como bueno— no puede modificar la decisión adoptada en su día por el conjunto de los españoles, única soberanía popular que puede decidir al respecto.
"Los catalanes tendrán que empezarse a preguntar en qué interesa España a Cataluña, qué gana Cataluña en estas condiciones, cuál es el valor añadido económico, cultural, lingüístico político que representa España para los catalanes y las catalanas". El tema no puede estar más claro, mediante una pregunta retórica cargada de interrogantes, el politicastro “apátrida” —nadie sabe de dónde es Carod, porque jamás ha tenido bemoles para demostrarlo— está invitando a que los catalanes —él no se incluye en la frase— vayan pensando cómo abandonar España.
"Si no cabe [el estatuto], es Cataluña la que no cabe en el marco constitucional. Y el problema fundamental lo tiene España, no Cataluña. Son las instituciones españolas las que tienen que decidir qué quieren hacer con Cataluña, qué futuro prevén para Cataluña. Si tal como somos y votamos democráticamente no cabemos, sólo nos dejan abierta una puerta". El problema fundamental es que en Cataluña no existe la democracia ni se respeta la ley, luego la base de partida de semejante planteamiento no puede ser más falsa. Como de falsedad puede calificarse un estatuto diseñado a medias entre dos fulanos que a altas horas de la noche, hartos de café y tabaco, decidieron por todos los españoles. Más tarde, una parte mínima del electorado catalán se interesó en el tema a pesar de que los medios de información del “Charco Amarillo” tocaron a rebato durante semanas y semanas, Y aún no han cesado en el rebato, como así lo demuestran las declaraciones de este sujeto. ¿Es eso democracia y soberanía popular?
En resumidas cuentas: Soy de los convencidos de que la Justicia debería intervenir ante las manifestaciones que viene realizando con asiduidad este espantajo de Carod-Rovira, totalmente apologéticas del golpe del Estado y la secesión de una parte del territorio nacional. Si el vicepresidente de la Generalidad catalana, puesto que habla siempre agarrado a su cargo institucional, no acaba procesado y expulsado de la vida política, se habrá demostrado una vez más que la ausencia de democracia no sólo afecta a Cataluña, sino también al resto de España. En cuyo caso nos encontraremos ante lo que nos hayamos merecido.
Ante el desistimiento de la Justicia y especialmente del Ejecutivo, que no insta a abrirles un proceso a los golpistas, si pulsas aquí verás una de las medidas que ya se proponen para frenar la sedición nacionalista.
Texto: El Corregidor (Firmas invitadas)
Publicado el 25 de noviembre de 2009
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