Sepulcro colectivo de la cueva de 'El Mirador' en Atapuerca (Burgos) |
Los socialistas, siempre en su papel de adictos a la subvención con dinero ajeno, proponen ahora en el Congreso que se compense —esto huele a dinero-comisión para el bolsillo— a los descendientes de los moriscos expulsados hace 400 años de España. Por comparación, digamos que los antecesores de esos mismos moriscos no dudaron en usar diversos procedimientos, ninguno bueno, para hacerse con un reino de Hispania que fue sometido a sangre y fuego por los distintos imperios islámicos que llegaron a nuestra tierra. A saber: Califato de Damasco, con su versión vernácula de Córdoba, seguido de los imperios de los almorávides, almohades y benimerines. Es decir, diversas oleadas de invasores que durante siglos provocaron en España cuanta mortandad y miseria pueda imaginarse, y cuyo beneficio recayó exclusivamente en las clases altas que nos ocuparon.
Un simple vistazo a la desgraciada historia de España llevaría a pensar, no ya en la necesidad de compensar a los moriscos, sino en reclamarles una indemnización adecuada a los países islámicos que nos invadieron. Lo que no dejaría de ser una necedad irrealizable, casi tanto como darles dinero o reconocimiento a los descendientes de cuanta tribu pisó nuestro suelo. Así que vamos a dejarlo quieto, sociatas desquiciados, o acabaremos subvencionando a los hijos de los caníbales de Atapuerca, ya que hoy se hacen maravillas con el ADN.
Claro que, bien mirado, igual la perturbación mental no es la razón que impulsa a los promotores de semejante disparate, sino constituirse en mediadores de las prebendas que se les otorguen a los beneficiados, que algo quedará para el que reparte. Y eso sin contar que igual que ocurrió con los comunistas de las Brigadas Internacionales, a los que se les concedió la nacionalidad española, aquí también podría darse una oferta de nacionalización tumultuaria que de una sola tacada lanzase sobre nuestra patria —les creo capaces— a varios millones de musulmanes de origen morisco. Eso sí, todos ellos votantes del PSOE y todos ellos, miel sobre hojuelas, enemigos radicales del cristianismo. De hecho, casi cualquier musulmán residente en España acabará logrando su certificado de sangre morisca. Y si no al tiempo.
Texto: El Corregidor (Firmas invitadas)
Publicado el 24 de noviembre de 2009
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