domingo, 21 de octubre de 2018

“Accidentes” y “dificultades”

De un gran amor que tuvo Oriana Fallaci, afirmaba ésta que lo que más le atraía de aquel es que era fuerte con el fuerte y débil con el débil. Por supuesto que el agraciado con la admiración de la gran Oriana, de ninguna manera podría ser el inane Rodríguez, más acostumbrado a lo contrario, o sea, a bajarse los pantalones, en una acción de sodomización pasiva, de carácter preventivo, ante cualquier amenaza que pueda mandar a hacer puñetas la envidiable posición que disfruta, sin haber dado un palo al agua en su vida de nieto de abuelo traidor. 


Y la cosa no es de ayer, viene de antiguo. Si no, díganme a qué responde el empeño en  prohibirnos fumar, hasta en la cocina de nuestra casa, con lo fácil que sería  cerrarles el estanco a su suegra y a todas las suegras de España. 

El caso es que, aterrado ante lo que podría suponer la ruptura de la penúltima ronda de negociaciones con la ETA, con ocasión del atentado de Barajas, no tuvo otra ocurrencia que calificar éste de accidente, vocablo con que se designa también el apoyar el codo en la vitrocerámica, cuando ésta luce su máximo de temperatura.

De modo, que de ninguna manera me ha extrañado la calificación que le merece la miserable actuación del primo del Rey de España y Cataluña con la admirable activista saharaui, Aminatu Haidar. No ha tenido otra ocurrencia este mamón, que tachar el peligro de que se nos muera esa mujer como “dificultades”. 

Definitivamente, Oriana nunca habría parido hijos circunflejos.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 7 de diciembre de 2009

PD: Ante el comentarista 1, cuyo argumento no carece de razón, todo sea dicho, no tengo más remedio que añadir una nueva imagen. Más que nada porque dicho comentarista no ha advertido que el mapa de la imagen de cabecera lo que en realidad describe es el cacao mental de ZetaParo y su inclinación a la rendición preventiva. 


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