No seré yo quien discuta la potestad del gobierno chavizta español, para excitar el celo de la Fiscalía, cuando le venga en gana, o así lo crea conveniente para el interés general o para la integridad del ordenamiento jurídico, presuntamente conculcado, infringido o mancillado, o simplemente chuleado.
Lo que sí es chocante y discutible es el diferente grado de prisas que se da el insufrible gobierno chavizta español, según la investigación, de lo que sea, pueda perjudicarle a él o al principal partido de la oposición. Y siempre, e invariablemente, sin tener en cuenta la gravedad de los delitos en presencia, que es el único criterio de preferencia, válido en Derecho. Y no digamos en política, de la de verdad, claro.
Hace ya unos meses que se publicó esto y no se tiene constancia de que Rodríguez y sus mariachis o cuatreros, de tocadores de cuatro venezolano, dicho sea de paso, acudieran raudos y veloces al teléfono, para poner en primer tiempo de saludo al insigne y embarrado Fiscal General del Estado, por ver si procedía abrir diligencias.
Como tampoco se tiene noticia, de que ante la publicación de esto, los mismos pichas flojas anduvieran de cabeza pidiendo explicaciones a quien tuviera por conveniente, o a quien pudiera dárselas. Aunque solo fuera por cumplir el expediente.
Sin embargo, ha bastado el dictado de una resolución de sobreseimiento libre de un proceso donde se ventilaba un presunto delito de cohecho, incoado a cuenta de quien narices pagó la factura de unos cuantos trajes malos y desgarbaos, >para que a la vicevogue se le atragantasen los frijoles con chile, por ver de levantar de la siesta al Fiscal Anticorrupción, no se le vaya a pasar el plazo para recurrir el indigno auto.
Desde luego que, ante los últimos acontecimientos, no me cabe ninguna duda: a Don José Luis Rodríguez Zapatero, Excelentísimo Sr. Presidente del Gobierno del Reino de España, le importan menos ciento noventa y dos muertos que cuatro trajes.
A su conducta me remito.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 4 de agosto de 2009
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