jueves, 6 de septiembre de 2018

Zeta nos ilustra sobre la peor manera de pedir prestado


Creo recordar que en esta santa casa y a propósito de la negociación con la banda terrorista ETA, dije que Zapatero no había negociado en su vida ni sus capitulaciones matrimoniales, a juzgar por la torpeza criminal con la que se condujo en los tratos con los asesinos.


Ahora, visto lo visto y leído lo leído, “El Gobierno asegura que recurrirá a las emisiones de deuda pública y que este proceso no tendrá un coste para los ciudadanos”, estoy en condiciones de decir que las chuches de los domingos por la tarde se la compran sus hijas. O sea, que este sujeto no es apto ni para regatear el precio de las gominolas.

Si yo fuera un inversor internacional y me entero de que el Gobierno que pretende venderme deuda pública del Estado en cuestión, anda diciendo por ahí, para quien quiera oírle, que la emisión de deuda pública no tendrá ningún coste para los ciudadanos, no me lo pienso: ni se me ocurre comprar.

Más que nada, porque la única manera de que las sucesivas emisiones de deuda pública, que va a necesitar plantear el gobierno para financiar el rescate del mercado de langosta y caviar, que es lo mismo que decir financiar el rescate de la banca, no le cueste un duro al ciudadano, es no atender a los sucesivos vencimientos, es decir, no pagar.

Y si al Eterno Adolescente se le ocurre otra, que nos la cuente.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 21 de octubre de 2008

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